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| Foto: Óscar Vázquez |
No es Eduardo Berizzo un técnico muy dado a realizar cambios en el once inicial. El preparador argentino es de la vieja escuela, de mantener el mismo equipo toda la temporada si es menester, y solo realizar los cambios justos para mejorar en cada partido. Esa es su filosofía, y así lo ha mantenido durante su estancia en Vigo.
Ayer, sin embargo, realizó dos cambios importantes en el once inicial, dejando fuera del equipo a Daniel Wass y Iago Aspas, que entraron en la segunda mitad, y dando entrada en el equipo a Théo Bongonda y John Guidetti, un cambio idéntico al que tenía pensado realizar en Eibar, donde un proceso gripal impidió al sueco ser titular.
Precisamente Guidetti era uno de los jugadores sobre los que la afición celeste había reclamado en los últimos tiempos que merecia una oportunidad. Cierto es que con Berizzo salir desde el banquillo apenas garantiza un puñado de minutos, y que hasta ahora no había tenido oportunidad de mostrar sus virtudes, y le ha resultado muy fácil ocultar sus fallos.
Ayer perdió una buena oportunidad para mostrar todo su repertorio. Demasiado enconado en la lucha con Bernardo, acabó pasando desapercibido, sin ser incisivo y molesto con la zaga rival. Una verdadera pena, porque tenía ante sí el gran reto de convertirse en una alternativa real a Iago Aspas, que en solo un cuarto de hora mostró su gran entendimiento con Nolito, ese que le devolverá a la titularidad en breve.
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