Houston, tenemos un problema


Foto: LFP
Cuando se cerró el mercado de verano, casi todo el mundo coincidió a la hora de analizar la plantilla del Celta, reconociendo que tal vez podría contar con más efectivos. La excusa del club es que una plantilla corta permite que los jugadores de la cantera tengan espacio en el primer equipo. Todos sabemos que eso no es así, y no hace falta más que ver las convocatorias durante las siete primeras jornadas. 

Pero al margen de que eso sea inexacto, el partido de ayer desnudó otra realidad tan preocupante o más que la anterior. Hasta la fecha, el Celta siempre ha tenido ventaja en el marcador en la segunda mitad de los partidos, salvo en Eibar y ayer ante el Getafe. En Eibar habían quedado algunos suplentes en el banquillo, por lo que resultó fácil para Berizzo realizar los cambios, pero ayer, con un Celta atascado en ataque, que necesitaba recambios, se dejó un cambio sin hacer, y el segundo fue en tiempo de descuento. 

¿Por qué sucede esto?. Con el Celta buscando el gol desesperadamente, el cambio de Guidetti era sencillo, pero quitar a Aspas del campo no es fácil. Al margen de ese cambio, tocaba reforzar las bandas, insuflar al equipo de oxígeno con jugadores nuevos, y Berizzo no lo hizo. Bongonda, Drazic o Madinda eran algunos de los futbolistas que podrían saltar al césped, pero quedó claro que la confianza del técnico celeste en ellos es la que es. 

Berizzo prefirió segiur con un equipo a todas luces agotado, antes que dar relevo con futbolistas en los que no confía. No es un problema del Toto, es simplemente un problema de falta de confianza. Por eso pedía futbolistas de banda antes del cierre del mercado, y por eso el Celta tendrá un problema si no es capaz de cerrar pronto los partidos. Si a eso unimos que no tiene ninguna confianza en los jugadores de la cantera, nos encontramos con un problema que requiere solución. 

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