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Foto: Miguel Riopa |
Casi seis meses después, el Real Madrid vuelve a visitar Balaídos. El conjunto capitalino, antes entrenador por Ancelotti, y ahora con Benítez en el banquillo, es el único equipo que supera a los célticos en la clasificación, -por la diferencia de goles- y el último verdugo del equipo de Berizzo. Fue el 26 de abril de 2015 cuando los blancos ganaron en Balaídos por cuatro goles a dos, con Chicharito en plan estelar.
Aquel día perdió el Celta, y desde entonces no lo ha vuelto a hacer, encadenando 13 partidos consecutivos sin morder el polvo, a uno de su mejor racha histórica. Empezó ganando el Celta, gracias a un gol de Nolito, pero pronto remontaría el Madrid. También marcó Santi Mina, aún en la primera parte, pero el Celta no pudo contener la efectividad de un Madrid que no hizo mérito alguno para llevarse los tres puntos, además de una extraordinaria puntería.
Aquel Celta ya era un Celta grande, que había bailado a Atlético de Madrid y Barcelona, aunque solo había podido derrotar a los rojiblancos. Pero la contundencia del Madrid le pasó factura. El equipo blanco sigue manteniendo un ideario similar, pero ahora es mucho más contenido en defensa, y cuenta con un Keylor Navas en estado de gracia en la portería. Pero esta consistencia en la zaga no le ha hecho perder un ápice de efectividad en el ataque, así que será un equipo muy incómodo para el Celta.
De hecho, seguramente sea uno de los peores equipos a los que se pueda enfrentar el Celta. El año pasado fue, junto al Villarreal, el único equipo capaz de ganar los seis puntos en juego frente a los vigueses, y le marcó siete goles en dos partidos. Nunca sufrió tanto el Celta como ante el Madrid, por eso el partido de este sábado es una dificultad suprema para los célticos. Todo un reto.
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