14 años del primer gol de Berizzo con el Celta

Foto: La Voz de Galicia

Como recoge hoy La voz de Galicia, hace 14 años, el día 30 de septiembre del año 2001 Eduardo Berizzo, actual técnico del equipo celeste, lograba su primer gol en el equipo vigués. Se trataba de su segunda temporada en el equipo de la ciudad olívica y se jugaba el derbi frente al Deportivo de la Coruña en Riazor, cuyo resultado se saldó en un empate (2-2).

El por entonces central argentino que inició su carrera profesional en el Newell's Old Boys en 1988, anotó ese único gol en esa temporada 2001/2002, marcando de nuevo al año siguiente contra el Málaga y el Atlético de Madrid, con el que daría la victoria al equipo de la ciudad olívica por la mínima (0-1). En su cuarto y último curso Berizzo marcaría de nuevo, esta vez frente al Valencia. Un dato curioso es que, salvo en el partido en el Calderón, todos los partidos en los que el defensa ha marcado acabaron con el mismo resultado, un empate a dos en el marcador.

Berizzo destacaba  por su seguridad. Si jugaba cumplía siempre y sin conceder errores garrafales, y si no lo hacía, apoyaba a sus compañeros. Era lo que se dice un hombre de equipo, de club, que se identifica como profesional que es con los colores y escudo que defiende. El jugador argentino no sólo destacaba por las garantías que ofrecía cuando tocaba defender, tapando siempre los huecos que podían dejar los laterales al subir, sino que además, sabía cuando incorporarse al ataque, aportando siempre algunos goles durante la temporada.

Aquel derbi estuvo marcado en el aspecto negativo por la lesión del todavía hoy futbolista deportivista Manuel Pablo tras sufrir una entrada de Giovanella que le provocó la rotura de tibia y peroné y le mantuvo varios meses de baja. El lateral recibió un pase de Molina e hizo un control orientado para emprender la carrera, pero se adelantó en exceso el balón y llegó al cruce el mediocentro céltico, dejando unas imágenes dramáticas tras las cuales los futbolistas locales terminaron consolando a un Giovanella hundido. Fue el reflejo de un encuentro muy igualado y de gran dureza, aunque resultó muy vistoso para el espectador.