Celta 3-3 Las Palmas: el análisis


Foto: Marta Grande
El Celta empató 3-3 ayer frente a Las Palmas en Balaídos en un partido que bien podría haber significado la tercera victoria consecutiva para el equipo dirigido por Eduardo Berizzo, unas mieles que todavía no conoce el argentino en su etapa céltica. Partido con pros, pero también con contras, que ahora pasamos a analizar:

Mismo once, sin rotaciones

Todos conocemos ya a Berizzo, y es que en su filosofía no hay hueco para las rotaciones. Mismo once que la pasada jornada, y tercera jornada consecutiva con los mismos diez hombres de campo. El once titular está definido, y es buena señal dada la compenetración que ya demuestran tener los elegidos, pero mientras tanto, en el banquillo, figuras como Guidetti, lucen ansiosas y desaprovechadas, y proyectos de figura como Drazic, Bongonda, Radoja o Sergi Gómez están a velas vir, sin apenas minutos con los que despuntar y también hacer descansar a los titulares.

La defenestración de Pablo Hernández

Balaídos pitó a un jugador propio, quizás con más o menos razón, pero el aburguesamiento de la grada viguesa empieza a hacerse notar cuando se valora más a un ex-portero o un ex-entrenador del bando rival que a un jugador que luce tu propia camiseta. ¿Argumentos? Tucu demuestra grandes cualidades físicas y técnicas, pero no así una mentalidad acorde a ellas, mostrando demasiada intermitencia y fallos en la toma de decisiones. Para más inri, en el día de ayer el árbitro le concede en propia el gol que debería haber sido adjudicado a Araújo. Al pobre chaval le caen todas. Ayer Balaídos la pagó con él y habrá que ver cómo gestiona en el futuro sus minutos su compatriota Berizzo.

Un roto en el medio campo

Y es que el de Cruz Alta se decidió por el primer cambio más predecible que podía haber hecho, dar entrada a Guidetti con el 3-2 en el marcador, sacando del campo a un vilipendiado Pablo Hernández. Con este movimiento no sólo se pretendía dar su cupo de minutos al sueco, sino también intentar matar el partido con un 4º gol que nunca llegó. El resultado fue bien diferente, y es que el paso del 433 al 424 rompió el centro del campo celtiña, permitiendo que las contras de Las Palmas llegaran a empatar el partido y hasta casi remontarlo. Es ventajismo decir ahora que meter en el verde a Radoja hubiera sido buena opción, ya fuera con o sin Guidetti también en el césped, pero también es cierto que no puedes dejarte remontar un 2-0 con un jugador más. Paco Herrera dispuso inteligentemente un 3-5-1 sobre el campo para guarecerse convenientemente del acoso céltico y salir a la contra con rapidez ante la permisividad viguesa. Y al bueno de Paco le funcionó.

Un problema de mentalidad

Porque al Celta le faltó tacto, paciencia, saber estar, serenidad, aguante, temple, sosiego, calma... Elijan el sinónimo que prefieran. El equipo se relajó por dos veces viéndose con una ventaja de dos goles. Faltó tensión y no se acertó en ataque por exceso de ansiedad, ni en defensa con pájaras que no son permisibles en un conjunto que pudiera o debiera aspirar a disputar la Europa League.

Wass, de nuevo comodín táctico

Está en todas partes y puede hacer de todo. No, no es Krohn-Dehli (se parecen en el pelo y el pasaporte, poco más), pero su misión de ser el compañero de permuta de medio equipo le hace aparecer por los rincones más inesperados del terreno de juego. Ayer dio otro recital en defensa y hasta metió su primer gol con el Celta de Vigo. Y terminó, otro partido más, ocupando el carril derecho en detrimento de un Hugo Mallo que ayer se fue a la caseta cabreado, intuyendo que a lo largo de la temporada será un cambio habitual dada la polivalencia de su nuevo compañero danés.

Pólvora de Primera

Los 8 goles en 3 partidos que ha conseguido el Celta hasta ahora muestran una gran media que sin duda alegrará cada jornada al celtismo. Se confirma que el ataque vigués tiene pólvora de la mejor calidad, con Nolito con una media de gol por partido, e incluso siendo ayudados en tareas anotadoras por defensas como Fontàs o mediocentros como Wass. Si el equipo lograr sellar su portería, no debiera ser difícil puntuar ante cualquier rival.

Todavía en las alturas

Aun con el el sabor amargo de no haber conseguido ayer los tres puntos, el Celta ha cosechado en estas tres primeras jornadas ligueras 7 de los 9 puntos posibles, unos números que habría firmado seguramente el 90% del celtismo antes del comienzo de temporada. Así pues, el club vigués se sitúa 3º, en puestos de acceso directo a Champions, a 2 puntos del FC Barcelona, y empatado con Real Madrid (2º), Villarreal (4º) y Éibar (5º). Que todos los males sean este.

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