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ÓSCAR VÁZQUEZ |
Mucho le ha cambiado la vida a Nemanja Radoja desde el pasado mes de febrero. El pivote serbio, indiscutible por aquel entonces para Eduardo Berizzo, afronta su segunda temporada como celeste con la etiqueta de suplente. Una pubalgia lo apartó del césped en el último tramo del pasado curso y la brillante irrupción de Augusto Fernández en el mediocentro parece haberle cerrado las puertas para este que comienza.
Por lo visto en pretemporada, Berizzo maneja dos alternativas esquemáticas. El 4-3-3 compite con el 4-2-3-1 para ser la formación de base celeste. Augusto Fernández se ha consolidado como bisagra de un equipo con un imponente arsenal ofensivo. Nolito, Aspas, Orellana y Guidetti reclaman un hueco en el once. Todos caben en un 4-2-3-1 añadiendo una nueva reconversión al doble pivote. O Wass o Tucu Hernández deberían adaptarse a una posición nueva si Berizzo quiere juntar a sus cuatro fantásticos. En caso contrario, el 4-3-3 se erige como la formación más natural, con el danés y el chileno en los volantes y un tridente ofensivo por delante.
Sea como fuera, en ninguna de las quinielas parece tener sitio Radoja. La opción de un doble pivote más defensivo no ha funcionado en pretemporada y lo cierto es que semeja restar potencial a un equipo cuya principal virtud radica en su caudal atacante. En otro caso, Augusto podría regresar al interior, pero parece que Berizzo maneja mejores alternativas en esa zona. Al técnico argentino le gusta su compatriota como enlace entre defensa y ataque. Ha sido su creación y considera que es la que más beneficia al juego del equipo. Augusto no sólo se ha adaptado a las exigencias tácticas del puesto, sino que ha conservado las virtudes que otrora desarrollaba unos metros por delante. La pelota sale limpia de sus pies hacia los Nolito, Orellana y compañía.
El futuro de Radoja ha adquirido un tono gris. El de otros como Borja Fernández, al mismo tiempo, se ha oscurecido del todo. Berizzo es un técnico muy inmovilista. Maneja un grupo reducido de futbolistas y no es muy amigo de hacer cambios en el once. La diferencia entre ser titular y suplente en el Celta resulta abismal. El serbio se enfrentará a ese cambio. De ser prácticamente la única opción posible en su demarcación la temporada pasada, a encontrar más alternativas por delante. Un giro de 180 grados.
Radoja tiene un reto por delante. Debe reinventarse o morir. Tácticamente ha demostrado ser un jugador brillante, bien colocado, capaz de abarcar mucho campo y enormemente intenso en la presión. Sin embargo, en este Celta eso no llega. Berizzo le va a pedir un salto de calidad con la pelota, una mayor relevancia en la creación del juego. O lo aporta, o su participación se reducirá a momentos muy concretos de los partidos. No hay otra con Berizzo. O el todo, o casi la nada.
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