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| Foto: Getty Images |
El periodista Fran Guillén viene de escribir la biografía de Diego Costa, que sale al mercado bajo el título: “Diego Costa: El arte de la guerra, y que recoge multitud de anécdotas sobre el actual atacante del Chelsea. Por supuesto, su estancia en Vigo queda abundantemente documentada en el libro, en el que se cuenta, por ejemplo, su afición a la Play Station.
El futbolista brasileño llegó en más de una ocasión tarde a los entrenamientos en A Madroa, y lejos de justificarse, siempre confesaba a sus entrenadores que había estado jugando hasta tarde y se había quedado dormido. Lo recordaba con cariño Alejandro Menéndez, quien aseguraba ser un admirador de la honestidad de su pupilo. Ya durante su etapa en Vigo trascendió la relación de Costa con Quincy, que no era la mejor compañía para un chico pendiente de madurar. De Quincy también se podría escribir un libro.
Pero además de estas y otras anécdotas, el libro recoge una de su estancia en el Albacete. Un día Diego estaba viendo una película porno en su apartamento junto a sus compañeros de casa, con el volumen muy alto. Tanto es así que una vecina llamó a la puerta y pidió que por favor lo bajaran. ¿La reacción de Costa? "Señora, ¡qué problema hay! ¿No le gusta hacer el amor?". Una anécdota que describe el carácter indomable del brasileño.
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