Los últimos sorbos de un gran reserva danés


Foto: Marta Grande
El de esta tarde será un partido especial para el celtismo. Se acaba una temporada más, que nos ha dejado grandes momentos, y llega el momento de despedirnos de algún jugador que no volverá a jugar con el Celta. Borja Oubiña lo hará en la previa del partido, recordad llegar un poquito antes del comienzo si queréis darle la despedida que se merece, y luego sobre el césped hará lo propio Michael Krohn-Dehli. 

El danés anunció esta semana lo que era un secreto a voces. No seguirá en Vigo, y éste será su último partido con la celeste. Quedan por delante noventa minutos, o los que juegue, para disfrutar de un futbolista especial, diferente. Para paladear cada uno de sus movimientos, sus controles, sus pases. Es un momento para disfrutar siendo conscientes de que no lo volveremos a ver vistiendo la camiseta del Celta. 

Desde su llegada a Vigo, Krohn-Dehli ha tenido una facilidad especial para emocionarnos. Su fútbol se desarrolla a flor de piel. Es de esos jugadores con capacidad para crear afición. Engancha al fútbol, hace que uno se enamore de este juego. Dignifica su profesión, y desgraciadamente no lo volveremos a ver en Balaídos defendiendo el escudo de la Cruz de Santiago. 

En nuestra memoria quedarán aquellas jugadas que jamás olvidaremos. Pases imposibles, controles improbables, y una capacidad única para ver el fútbol, situar a rivales y compañeros y ver líneas de pase donde la inmensa mayoría solo ven marañas de piernas. La videoteca nos servirá para explicarle a nuestros hijos quien era ese pequeño rubio que llegó siendo un desconocido y se marchó convertido en mito. Afortunados nosotros, que lo hemos podido ver sin que nadie nos lo haya tenido que contar. Lo dicho. Paladeadlo. 

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