La llegada de Sergi Barjuan al Almería ha cambiado la fisonomía del conjunto andaluz. Los rojiblancos contaron con la presencia de Francisco en su banquillo al comienzo de la temporada, continuando con el trabajo iniciado la pasada temporada por el ex técnico de su equipo filial. Sin embargo, los malos resultados agotaron la paciencia del Consejo de Administración almeriense optando por un relevo en el banquillo, aún en la primera vuelta, con la llegada al banquillo de José Ignacio Martínez.
Precisamente el debut en liga de JIM fue ante el Celta en Balaídos, y se cumplió el tópico acerca de la victoria segura en caso de debut. Ganaron los almerienses, en un partido feo, en el que el Celta mereció mucho más. Berizzo recordaba esta mañana aquel encuentro: “Fue un partido realmente extraño, después de dominarlo tanto, perder aquel partido resultó contradictorio”, explicaba el preparado argentino. El Celta cayó con un gol de Hemed, que casi fue en propia puerta de Fontàs, y marró un penalti en las botas de Nolito.
A la larga, la llegada de JIM tampoco fue la solución, así que se volvió a tomar la decisión de cambiar de entrenador, dando la alternativa a un debutante en la categoría: Sergi Barjuán. El catalán tiene experiencia en el Recreativo, al que convirtió en favorito al ascenso, y cumple la premisa de todos aquellos técnicos salidos del entorno del Barcelona: Juego asociativo y apuesta por un estilo determinado: “Antes era un equipo que se replegaba y salía, y ahora es un equipo que se asocia mucho más. Antes preferían jugar más directo”, apuntó Berizzo señalando las principales diferencias entre un método y el otro.
Desde luego, el Celta se siente mucho más cómodo cuando el rival intenta combinar, y sufre mucho más si el equipo contrario le espera en su área. Ahí los de Berizzo se suelen atascar y aún no han encontrado demasiadas fórmulas para superar esa barrera. Así que mañana será mucho más feliz Berizzo si Sergi decide plantear un partido apostando por el fútbol.
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