Así crea la Real Sociedad afición entre los más pequeños


Foto: Diario Vasco
Los clubes deben vigilar su cantera, esforzarse en formar futbolistas que el día de mañana aporten al equipo un valor diferencial con respecto a otros equipos, y a la vez deben trabajar también la cantera de los aficionados. Esos pequeños que están descubriendo el fútbol y deben decidir cual será el equipo que llevarán en su corazón por el resto de su vida. Y esta labor no siempre es fácil. 

En Vigo se trabaja muy bien la cantera de futbolistas. Los resultados avalan al club, que presenta a muchos jugadores en las distintas selecciones inferiores, y que año tras año tiene una presencia muy importante en el fútbol draft, donde se escogen a los mejores jugadores en cada demarcación. No hay duda de que se ha aumentado la inversión y está dando sus frutos con muchos jugadores llegando al primer equipo o con potencial para hacerlo. 

En cuanto al trabajo de cantera con los aficionados se flojea bastante más. Hay medidas, cierto, que se agradecen, pero no acaban de ser funcionales. La idea del Bus Celta era muy buena, pero ha quedado en desuso, y la mayoría de las firmas de autógrafos que realizan los jugadores se realizan en centros comerciales, avaladas por los patrocinadores, y resulta farragoso y complicado acceder a ellas. Así pues, parece que la labor de crear celtismo queda reservada a los padres y famliares de los niños, que tienen la tentación de sucumbir a los cantos de sirena que desde la tele les animan a seguir a los dos equipos todo poderosos. 

Un buen ejemplo de como trabajar la afición desde niños la tenemos en San Sebastián. La fundación de la Real Sociedad lleva a cabo desde hace una década una iniciativa llamada Amets Bat, que en euskera significa literalemente “Un sueño”. Esta iniciativa está enfocada a niños de colegios de Donosti y la zona de influencia. 

A lo largo de la temporada se realizan sesiones en las que niños de dos colegios disfrutan de una mañana inolvidable en las Instalaciones Deportivas de Zubieta, cuna de la Real Sociedad. Desde primera hora de la mañana los pequeños se lo pasan en grande con varias actividades: Visionado de un vídeo sobre la historia de la Real Socieadad, recorrido por las instalaciones, partido de fútbol en uno de los campos de entrenamiento, acceso al entrenamiento del equipo, y ocasión para conocer a dos jugadores del primer equipo. Los jóvenes realistas entrevistan y posteriormente se fotografían con los jugadores, y por la tarde realizan alguna actividad fuera de las instalaciones deportivas, visitando algún museo o algún recinto de la ciudad. 

La experiencia termina con el siguiente partido disputado en casa, donde disfrutan de más experiencias cerca de sus ídolos. Son medidas sencillas, sin un coste excesivo, y que consiguen captar a aquellos indecisos hacia la causa. En tiempos en los que el bipartidismo amenaza con abarcarlo todo, este tipo de medidas tendentes a que los niños animen al equipo de su ciudad o su entorno, siempre son bien recibidas, y deberían ser imitadas por el resto de equipos de la élite. El Celta puede presumir de tener un equipo que resulta muy atractivo y debería sacar partido. 

Sabemos que se hacen cosas, especialmente desde la Fundación, y no queremos menospreciar ni mucho menos el trabajo que se hace. Al contrario, nos gustaría aportar una idea que podría ser llevada a cabo, con la que disfrutarían los niños, y de todos ellos, alguno se uniría a la causa celtista. Ellos, los más pequeños, son el futuro del celtismo. 

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