La afición del Eibar y su forma de entender el fútbol


Foto: LOF
Cuando Michael Krohn-Dehli fue sustituido, todos éramos conscientes de que el partido cambiaría. Lo eran los aficionados célticos, que veían en el danés al gran creador de juego que desarbolaba al Eibar, y lo eran los aficionados del conjunto vasco, que habían sufrido en carne propia el hecho de enfrentarse a un futbolista que se encuentra en un momento de forma estratosférico. Tanto que despidieron al jugador entre aplausos, reconociendo su calidad con deportividad. 

No es habitual que pase algo así. Con su equipo jugándose la vida, aplaudir al rival merece nuestra respuesta con otro aplauso. Pocos públicos, alguno con mucho pedigrí en Primera División, muestran tal señorío y tanta clase en un momento muy delicado para su equipo, que iba por detrás en el marcador, y que lejos de pitar al jugador por no abandonar rápido el terreno de juego, se dedicó a aplaudir. 

El propio Berizzo, al término del encuentro, razonaba sobre este suceso: “Cuando viene al País Vasco siente esa tradición de respeto que existe en el fútbol por el adversario. Es un lugar mágico donde ya antes de los partidos se vive un hermanamiento de aficiones, un ambiente en el que da gusto jugar. Nos vamos aplaudidos por un estadio que premia el juego de los futbolistas del Celta. Felicitar a esa afición, a esa forma de entender el fútbol tan respetuosa. Agradecemos y devolvemos la admiración por su comportamiento”, señaló el técnico argentino. 

Y es que no solo, aunque sobre todo, Krohn-Dehli. Ipurúa aplaudió más timidamente a Nolito, seguramente por el momento en el que salió del campo era complicado, y posteriormente al equipo. Toda una lección de madurez, demostración de que no es necesario tener tradición en Primera División para ser una afición madura y respetuosa. 

0 comentarios:

Publicar un comentario