De mejor defensa de la segunda vuelta a zaga vulnerable


Foto: Lalo R. Villar
Hace poco más de una semana el celtismo presumía de tener una de las defensas menos goleadas durante la segunda vuelta, e incluso se comparaban las cifras de toda la temporada con aquellas en las que el portero del Celta había logrado el Zamora, situándose por delante del Celta que en la Temporada 2005-06 otorgó el Zamora a José Manuel Pinto, y ligeramente por detrás de los equipos de Cañizares (1992-93) y Cavallero (2002-03), los otros dos guardametas que se hicieron con tan preciado galardón. 

No es que Sergio estuviese cerca de repetir gesta, que no lo estaba, pero era un dato que reflejaba su buen hacer y el de toda su defensa durante las 25 primeras jornadas de Liga. Un dato que voló por los aires en las dos últimas jornadas. Primero porque el Celta ya no es el equipo menos goleado de la segunda vuelta, sino que se sitúa en una zona media, y segundo porque se aleja la posibilidad de repetir aquellas grandes cifras que llevaron al equipo a ser el menos goleado de la temporada. 

De la seguridad defensiva que transmitían esas cifras, hemos pasado a encajar seis goles en cuatro partidos, evidenciando en la mayoría de los casos preocupantes carencias defensivas. Ni Cabral ni Fontàs han estado finos en estos últimos partidos, y tampoco Sergio se ha convertido en ese salvador al que nos habíamos acostumbrado. Pero los motivos de esta transformación defensiva podrían ir más allá del rendimiento puntual de los zagueros. 

Ante el Villarreal hablábamos de un equipo con una gran capacidad ofensiva, en un partido en el que sus delanteros estuvieron más inspirados que nunca, pero el Athletic, a poco que hubiese tenido la puntería del Villarreal, podría haberse ido con una manita al descanso y no podríamos protestar. ¿Falla la defensa o es algo más?. Berizzo siempre ha defendido que en el equipo defienden y atacan los diez jugadores de campo, por tanto, la responsabilidad estará compartida. Si las ayudas de los pivotes no llegan a tiempo, o si los extremos se relajan en las coberturas de banda, el trabajo de los delanteros rivales se habrá facilitado. 

La razón la estará buscando Berizzo, aunque también puede ser algo circunstancial, pasajero, y que se podrá mejorar en el futuro simplemente manteniendo la línea anterior, pero está claro que el Celta tendrá que trabajar este aspecto. En Villarreal no había motivos para la alarma, porque el conjunto amarillo convirtió prácticamente todas las ocasiones que tuvo, así que gran mérito de la goleada fue de sus delanteros, pero el sábado fue muy diferente. La primera parte debería ser revisada por el equipo y enviada a la caja de asuntos por mejorar con urgencia. 

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