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Foto: FdV |
Fundamentales fueron sus goles en la Copa del Rey, donde ambos consiguieron llevar al equipo hasta la final. De infausto recuerdo para el celtismo, en ella el Celta perdía 3-1 ante el Zaragoza. En esta media temporada el argentino disputó 28 partidos y marcó cuatro goles. De especial recuerdo el que transformó en la vuelta de semifinales ante el Barcelona que supuso el pase a la final.
A la temporada siguiente, a la postre la última de Víctor en el Celta, el argentino siguió contando con la confianza del míster aunque tuvo que compartir sus minutos con sus compañeros de zaga. Aquel Celta contaba con cuatro magníficos centrales, además del propio Toto: el asturiano Sergio y los también argentinos Cáceres y Méndez. Terminó la temporada con 24 encuentros oficiales y marcando un único tanto, muchos menos de los esperados tras romperse el tobillo ante el Mallorca y estar cuatro meses de baja. Ello le impidió además ir al Mundial de Japón y Corea 2002.
Víctor separó su camino del Celta y Berizzo en el verano de 2002. El maño estaría después en Betis y Porto, entre otros, antes de llegar a A Coruña. Por su parte, el argentino aún seguiría tres temporadas más en Vigo y una a mayores en Cádiz, donde se retiró.
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