No sabemos que tendrá preparado Unai Emery para esta tarde con respecto a Iago Aspas. El moañés no ha entrado demasiado en juego en la competición liguera, pero el de hoy no es un partido cualquiera y el técnico sevillista puede que lo tenga en cuenta. Cada entrenador es un mundo, y pueden valorar la carga emocional que supone para Aspas el partido de modo positivo o negativo. Paco Herrera, aunque nunca lo reconoció, prefería no poner a un futbolista que se midiera a un ex equipo especial, salvo que fuese muy necesario. Otros apuestan por ellos por esa motivación extra que pueden tener en este tipo de encuentros.
Lo cierto es que para los aficionados celestes también será especial ver a Aspas en el equipo contrario. No tendrá la carga sentimental de su regreso a Balaídos, donde sin duda recibirá una cerrada ovación, pero a través de la televisión, o aquellos afortunados que puedan viajar a Sevilla, vivirán eso tan especial y sentimental del regreso del hijo pródigo. Iago Aspas nunca se enfrentó al Celta en competición oficial. Jamás había vivido la sensación de medirse al equipo que lleva en el corazón, y no creo que deje escapar esta oportunidad.
Será especial y sentimental para todos, pero también extraño. Ver a Aspas sobre el terreno de juego y desear que pierda la pelota, o incluso los papeles, será una sensación difícil de imaginarse. El Celta es especial para Aspas, como Aspas lo es para el Celta y para el celtismo. Será raro y especial enfrentarse a nuestro más querido enemigo.
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