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Foto: Xoan Carlos Gil |
El gol: El récord maldito
Más de diez horas sin marcar. Esa es la friolera de tiempo que lleva el Celta sin ver portería en Liga. El equipo batió ayer el terrible registro de minutos sin celebrar un gol en Liga que databa de la temporada 94/95 y elevó la sequía de gol a los 576 minutos. Ante el Almería los célticos dispusieron de más de 40 ataques, 19 remates, cuatro tiros entre los palos y un balón estrellado en la madera. Pero todo acabó en nada. El equipo ha perdido la puntería, pero también la claridad ofensiva.
El ataque: Una bruma ofensiva
Berizzo cambió a los protagonistas y confió a Orellana, Charles y Santi Mina el frente de ataque, sin embargo, el resultado fue el mismo que con el tridente habitual. Los célticos han perdido la magia en el remate, pero también en lo que lo sustenta. Los balones limpios que llegaban a los hombres de arriba en el primer tercio de Liga se han ido ensuciando, el equipo ha perdido verticalidad, cada vez es más habitual ver cómo retrasan el balón y se enrocan en cerrarse hasta llegar a una línea de fondo que se ha convertido en un granero de saques de esquina que los célticos no aprovechan. Centros baldíos y ataques al ralentí se han convertido en la realidad de un equipo al que se le hace de noche al alcanzar los últimos metros. El hecho de que ante el Almería Krohn-Dehli, que acabó de pivote defensivo, fuese el hombre que más remató, da pistas sobre la sombra que azota el ataque céltico.
Planteamiento: El centro del campo
Los problemas ofensivos del Celta no solo se explican de puertas para adentro. El rival también cuenta, y lo cierto es que el Almería, sobre todo en la primera parte, hizo los deberes a la perfección. Su primera misión fue ahogar al Celta a través de la presión y anular el centro del campo vigués. Durmieron al cerebro del equipo, Krohn-Dehli, logrando que a los de Berizzo les costase un mundo sacar el balón, y sobre todo, hacerlo con calidad. Controlados en el primer acto, en el segundo supieron guardar la ropa y frenar a un equipo que cayó en la desesperación.
La defensa: Mismo esquema en tres días
En tan solo tres días el Celta ha encajado dos goles de idéntica factura. Córner a favor, balón que no rematan los celestes, contra a favor del rival, error defensivo y tanto encajado. El equipo de Berizzo ha perdido la solvencia a la hora de realizar el balance defensivo y eso permite que sus rivales saquen petróleo de acciones puntuales. De los últimos cinco partidos el equipo ha perdido por solo un gol cuatro de ellos. Cuatro goles, doce puntos perdidos.
Lorena García Calvo / La Voz de Galicia
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