Robinho 2005 - Luis Suárez 2014. El Celta amargó su debut


Foto: David Ramos
Todo estaba preparado en Barcelona para el debut de Luis Suárez, la estrella mediática fichada este verano, y que no había podido presentarse ante su afición en partido oficial a causa de la sanción que pesaba sobre él tras el mordisco a Chiellini en el pasado mundial de Brasil. El uruguayo, que se proclamo Bota de Oro el pasado curso, jugó sus primeros minutos el pasado fin de semana, en la derrota azulgrana en el Bernabéu. 

Así pues, todo estaba dispuesto para que la nueva estrella saliese a hombros. Carlos Martínez y Michael Robinson, narradores de Canal + bendecían cada uno de sus movimientos. Serían capaces hasta de celebrar la forma en la que se ató las botas, la colocación exacta de las espinilleras, ni muy arriba ni muy abajo, o el color de calzoncillos elegido para la ocasión. Todo lo que hacía era oro puro. Un centro desde la banda a Messi provocó que Robinson se echase las manos a la cabeza como Bobby Robson tras ver el gol de Ronaldo en San Lázaro. El taconazo de Nolito pasó más desapercibido. 

Pero Luis Suárez no salió victorioso. Lo intentó, y demostró que es un buen futbolista, pero cada vez que lo intentaba aparecía Cabral, Hugo Mallo, Sergi Gómez o Jonny. Y si estos eran superados, aparecía Sergio para estropear una fiesta que acabó siendo viguesa. El Celta amargó el estreno de Luis Suárez ante los suyos. 

Y no es algo nuevo. Hace más de nueve años, el Celta se presentó en el Bernabéu en la segunda jornada de Liga. Visitaba a un Real Madrid que había sumado otro galáctico más a su faraónico proyecto: Robinho. El brasileño pasaba entonces por ser uno de los futbolistas con mayor futuro y renombre del panorama futbolístico mundial. Robinho había destacado mucho en su debut con la camiseta blanca, en un partido disputado en Cádiz, emulando lo que Butragueño había hecho dos décadas antes. 



Aquel 10 de septiembre se presentaba a su afición, ávida de paladear las delicias de otro jugador que invitaba al onanismo de los narradores y comentaristas. El Celta era un recién ascendido, y por tanto la pareja de baile perfecta para la graduación del ariete. Pero algo se torció por el camino cuando a los 7 minutos se adelantaron los vigueses con un gol de contreras. Remontaría el conjunto blanco, con tantos de Baptista y Ronaldo (el auténtico), pero Núñez, un ex madridista, y Canobbio con un disparo que no llegó a atravesar la meta de Casillas, darían la victoria al equipo entrenado por Fernando Vázquez. 

Eso sí, la prensa madrileña no varió un ápice su hoja de ruta. Robinho estaba condenado a aparecer en la portada al día siguiente, y así lo hizo el Diario As, con cierta gracia, ironizando sobre el gol ilegal de Canobbio tituló: "Robinho". Pero para retranca la de los aficionados célticos que cantaban durante el partido: "Menos Robinho, y más Albariño". 

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