El Celta echa de menos su pegada


Foto: EFE
"Nos está costando meter goles". Las palabras de Joaquín Larrivey tras la derrota encajada este último domingo en Vallecas describe una situación nueva para el Celta, que suma por primera vez esta temporada dos partidos consecutivos sin ver portería. La sequía goleadora le llega al conjunto de Eduardo Berizzo después de haber mantenido en las diez jornadas anteriores un promedio de anotación de 1,4 goles por encuentro, el sexto mejor de la categoría. Solo el Madrid, el Barcelona, el Atlético de Madrid, el Valencia y el Sevilla superan los diecisiete goles conseguidos por los celestes, que iguala el Villarreal tras derrotar la pasada jornada por 2-1 al Getafe.

El último gol del Celta lo anotó precisamente Larrivey en el Camp Nou hace tres jornadas y sirvió al conjunto celeste para obtener un triunfo por el que llevaba esperando setenta y tres años. Desde aquel histórico tanto, el equipo vigués ha pasado 216 minutos sin ver portería después de empatar sin goles frente al Granada en Balaídos en un partido en el que el rival concedió muy pocas ocasiones de gol y que los celestes acabaron empatando pero que perfectamente pudieron ganar, incluso perder.

El pasado domingo, en el históricamente inasequible estadio de Vallecas, el grupo de Berizzo consiguió su propósito de arrebatarle la pelota al Rayo y dispuso de más y mejores ocasiones que su adversario para llevarse el triunfo, pero perdonó en la suerte suprema, el gol, y vio como los tres puntos se le escurrían entre los dedos después de que Alberto Bueno fulminase a Sergio prácticamente en la única ocasión clara de los madrileños en todo el encuentro. "Nos vamos tristes por el resultado pero no preocupados porque el equipo ha demostrado coraje y que sabe jugar bien al fútbol", resumió Larrivey, que concluyó: "Fue un partido bien jugado defensivamente pero no tan bueno en la faceta ofensiva, ni por su parte ni por la nuestra".

Al margen de que el Rayo aprovechase una de sus pocas ocasiones claras para poner fin a una racha de 374 minutos del Celta sin recibir gol, el partido de Vallecas puso al descubierto un problema de pegada. El gol es en el fútbol un patrimonio veleidoso, que aparece y desaparece al capricho del azar. Quizá el problema es que en el Celta es no es bien repartido, sino que se concentra en unos pocos futbolistas. Tres en concreto: Larrivey, Nolito y Orellana. Entre el argentino, el sanluqueño y el chileno suman quince de los diecisiete tantos que campean en el casillero celeste: siete Larrivey, cinco Nolito y tres Orellana. A ellos hay que agregar otros dos aportados por los hombres de la segunda línea, que llevan la firma de Álex López, que hizo el tercero de los que el Celta le endosó al Levante en Balaídos, y Pablo Hernández, que marcó el que significó el empate frente al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón.

Sin la aportación del medio campo y de la defensa -Cabral por ejemplo ha cortejado ya esta temporada el gol en un par de acciones a balón parado y Krohn-Dehli ha estrellado un balón en la madera-, el flujo goleador del Celta se ha ido deteniendo. Larrivey lleva 216 minutos sin anotar, Nolito hizo su último tanto en el Martínez Valero y suma 542 en blanco y Orellana no marca desde la tercera jornada, frente a la Real Sociedad, y acumula 873 minutos sin ver puerta.

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