Augusto: "Sabemos que aún no se logró nada, pero éste es el camino"


Foto: Atlántico Diario
Augusto Fernández (Pergamino –Argentina–, 1986) ha vivido un inicio de campaña accidentado. Fue el último en incorporarse a la pretemporada después de alcanzar la final del Mundial de Brasil con la selección de Argentina y ha sufrido ya dos lesiones musculares que le impidieron estar a disposición de Eduardo Berizzo en seis de los once partidos que ha disputado el Celta.

El pasado fin de semana reapareció contra el Granada tras cuatro jornadas ausente y el miércoles volvió a vestirse de corto contra el Pontevedra. Dos partidos para volver a vivir sensaciones que ya echaba de menos. Ahora quiere competir por un puesto en el once inicial –"es lo que he hecho toda mi vida", apunta– y disfrutar del momento dulce del equipo sin perder la perspectiva: "Si creemos que hasta ahora hemos logrado algo, estamos equivocados". Palabra de capitán.

¿Qué sensaciones ha tenido en su regreso a los terrenos de juego después de su segunda lesión de la temporada?

La verdad es que tenía muchísimas ganas, estaba esperando este momento y lo más importante es que no me molestó para nada la lesión. Si bien venía trabajando bien, con normalidad, cuando llega un partido es diferente y las sensaciones fueron muy buenas. La pierna no me molestó para nada, a pesar de que el campo estaba muy pesado tanto en el partido contra el Granada como el del miércoles en Pontevedra. Estoy contento porque ya no pienso en eso, sino en ponerme a tope en cuanto a ritmo.

¿Echaba de menos la sensación de competir junto a sus compañeros?

La verdad es que sí. Fueron semanas duras para mí, sobre todo en las dos últimas, en las que me dediqué sólo a hacer una especie de mini pretemporada. Sólo corría y miraba a los compañeros trabajando con balón y era difícil. Porque cuando uno siente molestias o un dolor, no es tanta la ansiedad; pero cuando ya te encuentras bien y tienes que hacer una pretemporada, sin entrenar al lado de tus compañeros, es cuando más te agarra la ansiedad. Pero es algo que decidimos hacer con el ‘profe’, con el cuerpo técnico y el cuerpo médico. Necesitaba quince días de pretemporada y me dediqué única y exclusivamente a la tarea física. Ahora que ya estoy trabajando con la pelota me siento bárbaro.

¿Tuvieron que frenarle mucho o entendía que era necesario para evitar una nueva recaída?

Generalmente, en toda mi vida, he apurado para recuperar. Pero nunca me había pasado tener una racha de lesiones como ahora. Hasta ahora siempre me había costado mucho respetar los tiempos, por la forma en la que vivo el fútbol, por la ansiedad, porque soy bastante impulsivo también. Siempre recortaba los tiempos y presionaba muchísimo. Pero esta vez sabía que tenía que mostrar un grado de madurez y saber que lo importante era recuperarme bien. Me costó, pero entendía que debía ponerme bien físicamente para estar a la par de mis compañeros y traté de pasarlo con tranquilidad.

¿Cree que este inicio de temporada complicado puede tener algo que ver con el esfuerzo que realizó para llegar al Mundial?

Estoy seguro de que sí. En mi carrera nunca había tenido problemas musculares. Sólo golpes o algún esguince. Pero en mayo me lesioné la rodilla y acorté muchísimo los plazos para poder estar en el Mundial, cosa que logré. Pero una vez allí tenía que entrenar y esforzarme en el día a día y como es lógico tenía secuelas por haber acortado tanto los tiempos. La rodilla me pinchaba mucho al patear, en los giros y en los frenos sentía que se me iba bastante y en cada entrenamiento notaba que terminaba con dolores de cintura y cosas así por el esfuerzo que estaba haciendo. Así durante todo un mes. Después me fui de vacaciones y cuando vuelvo sólo entreno una semana a parte del grupo. Fue una secuencia de cosas que me fueron descompensando y a la larga lo terminas pagando, pero ya está. No quiero mirar atrás, sino hacia delante.

Entiendo que mereció la pena el esfuerzo para poder disputar un Mundial con Argentina.

Sí, no me arrepiento de nada. Volvería a hacer el mismo esfuerzo que hice por poder estar en Brasil, aun sabiendo las consecuencias. No existe otra cosa para mí que no sea darlo todo. No sólo en el campo, sino para recuperarme rápido de las lesiones y darlo todo para cumplir mis objetivos. El Mundial era mi objetivo y lo di todo como lo volvería a dar.

¿Con el paso del tiempo, la final perdida contra Alemania -que el martes juega en Vigo- tiene un sabor menos amargo? ¿Se valora más el subcampeonato?

El tiempo siempre va cicatrizando este tipo de cosas. En la vida misma sucede y en deporte, que es menos grave, pasa igual. El tiempo va cicatrizando esa herida, el dolor que te queda al no haber podido ser campeón del mundo. El tiempo lo cura, si bien siempre te queda una sensación agridulce por haber alcanzado la final pero no haber podido lograr el título.

Lo que es absolutamente dulce es el presente del Celta. ¿Cómo está viviendo el que seguramente es el mejor momento del equipo desde que usted llegó a Vigo en verano de 2012?

La verdad es que me ha tocado estar muchísimo en las malas y ahora que el equipo está en un momento lindo no he tenido la suerte de poder estar entero viviéndolo ahí. Pero bueno, eso no quita que no me sienta parte de este gran momento. Al contrario, esto es un equipo y hay que disfrutar de cómo está el club y el equipo hoy en día. Somos conscientes de que todavía no se logró nada, pero también de que el camino es éste. En la medida en que mantengamos la humildad, el trabajo y sigamos yendo partido a partido, pasito a pasito, las cosas seguirán en su rumbo y tendremos una buena temporada como todos queremos.

Desde fuera la sensación es que el equipo ha crecido mucho desde el ascenso. ¿Usted, que ha vivido todo el proceso desde dentro, también lo percibe así?

Sí, creo que ha sido algo progresivo, como tienen que ser las cosas para después ser estables. El Celta ha crecido de forma progresiva en todos los aspectos, no sólo en el deportivo, y por eso hoy nos encontramos en una mejor situación que hace dos años. La temporada pasada la plantilla ya fue competitiva, este año lo es más todavía y eso se ve reflejado en los números y también en la madurez del equipo. Hace dos años había muchos chicos muy jóvenes y ahora ya llevan dos temporadas en Primera División que dan mucha experiencia. Pero tenemos la misión de trabajar para seguir creciendo todos como equipo.

El Celta lleva toda la temporada en la zona alta de la tabla. ¿Más allá de que el objetivo inicial sea la permanencia, sienten que está en el lugar que le corresponde?

Estamos en el lugar que nos corresponde por lo que hemos hecho hasta ahora, pero eso no nos garantiza que terminemos la Liga en esa posición. Todavía falta mucho. Si creemos que hasta ahora hemos logrado algo, estamos equivocados. Pero si tomamos como referencia que éste es el camino, es posible que podamos terminar ahí arriba. Tenemos la misma ilusión que la gente, pero también somos conscientes de que no podemos bajar el pistón, de que hay que ir día a día, partido a partido, y de que a partir de los pequeños pasos se van construyendo las grandes cosas.

¿Se imagina jugando el año que viene en Europa con el Celta?

Sí, me queda año y medio más de contrato con el Celta y por qué no. Pero soy más de vivir el hoy y ahora lo que quiero es seguir ganando ritmo para ser importante en el equipo. No pienso más allá.

¿Cómo ve la pelea por la titularidad, teniendo en cuenta que el equipo está jugando a un gran nivel y que a usted aún le falta ritmo después de haber sufrido dos lesiones?

Es una competencia y competir es lo que he hecho toda mi vida. Sé que mientras esté bien, voy a ser el primero que compita. Así ha sido en toda mi carrera y así he logrado lo que he logrado hasta ahora. No es nada desconocido para mí, desde que comencé hace muchos años a jugar en River Plate. A medida que haya competencia, el equipo irá creciendo y de eso nos beneficiamos todos. Es algo lindo. Si tuviéramos una plantilla más corta y sin nivel, seguro que pelearíamos abajo. Pero mi ambición es pelear arriba siempre, lograr cosas para el equipo, y para ello necesitamos una plantilla competitiva. Por eso estoy intentando ponerme a tope, porque como bien dijiste tengo que alcanzar el ritmo de mis compañeros, pero estoy seguro de que entrenando a tope y sumando minutos lo voy a hacer rápidamente.

El director deportivo del Celta, Miguel Torrecilla, aseguró esta semana que están negociando la renovación de varios de sus jugadores, entre ellos usted. ¿Espera ampliar su contrato y seguir más años en Vigo?

La verdad es que es algo en lo que no pienso. Tengo la experiencia suficiente como para saber que a año y medio de que finalice mi contrato no tengo que gastar energías pensando en eso. Ni siquiera sé si están negociando o no. Si lo están haciendo es con mi representante, que es quien lo tiene que hacer. No es algo en lo que me detenga a pensar porque en el fútbol un año y medio es mucho tiempo. Pienso en el día a día, en disfrutar del equipo y en disfrutar de la ciudad, como he hecho siempre y como hace mi familia. Entiendo que me pregunten por ello, pero no es un tema que tenga en la cabeza para nada.

Borja Barreira para Atlántico Diario

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