La nueva vida de Mario Bermejo


Foto: Jorge Landín
Mario Bermejo cumplió el martes 36 años y por primera vez, en muchísimo tiempo, lo hizo alejado de los terrenos de juego. Tras colgar las botas el pasado 30 de junio, sigue en el Celta pero ahora en la Dirección Deportiva, a las órdenes de Miguel Torrecilla. Apartado del foco mediático, añora la competición: "Echo mucho de menos el campo. Sobre todo el día a día del vestuario, los compañeros, las bromas, las riñas en algún caso...".

La vida le ha cambiado: "Sobre todo a nivel de rutinas. Sigo siendo el mismo y trato de utilizar la misma política que como futbolista. Ser honesto, honrado, trabajador y hacer las cosas con máxima ilusión y esfuerzo. Lo que me ha cambiado es el día a día. No voy al campo y sí a la oficina, los fines de semana viajo pero no para jugar y sí para ver partidos, pero tiene cosas bonitas de las que estoy aprendiendo a disfrutar".

Lo más importante es que sigue en el deporte: "El entorno no ha cambiado. Ahora trato de colaborar desde otra situación. Intento aportar mi granito de arena para que el Celta vaya lo mejor posible".

Mario Bermejo vive su nuevo día a día. "Llevo a los niños al colegio, como antes. Voy a la oficina del club para realizar el seguimiento de equipos viendo muchos partidos. Mañana y tarde. Los fines de semana viajo a ver partidos de diferentes Ligas. Se trata de tener la mayor información posible para que cuando sea necesario fichar, intentar no fallar. Es una labor difícil, sacrificada y que requiere mucha ilusión", dice.

Una visión diferente

Sigue manteniendo contacto con sus excompañeros: "Casi todas las semanas paso por el vestuario. Siempre que me dicen que tengo que ir a la Ciudad Deportiva estoy allí como un tiro porque tengo ganas de verles. Aunque sea 10 minutos".

Mata el gusanillo con los veteranos del Celta: "Juego con ellos y con los del Indoor. Siempre que puedo me escapo a jugar. Me lo tomo de otra manera pero me sigue gustando. Trataré de seguir metiendo goles".También les anima: "A los que tengo más relación les envío un mensaje antes de los partidos. Y cuando voy a Balaídos paso por el vestuario a saludar. He compartido mucho con ellos".

El pasado martes, desde primera hora, recibió felicitaciones de su familia -un hijo también cumplió ayer- y de una legión de amigos y célticos: "Sigo sintiéndome joven, me encuentro en plenitud, aunque en otra faceta. Me siento muy afortunado".

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