El inmenso ropero celeste


Foto: Óscar Vázquez
El verdadero fondo de armario del Celta está en el almacén y va de la mano de Edu Fernández, que acumula 13 años como utillero del equipo. Él se encarga de facturar en cada viaje 350 kilos de ropa que les acompañan en cada partido. Cada futbolista dispone de, al menos, 12 prendas diferentes y una media de seis pares de botas.

350 kilos por partido
Es lo que facturan en el mostrador de embarque cada vez que les toca desplazarse y la misma cantidad de enseres que utilizan en los partidos de casa. Si a eso se añade el material de entrenamientos, los baúles superarían los 500 kilos de peso. «Facturamos entre 350 ou 400 quilos para unha viaxe normal sen adestramento, porque se levas material de adestramento podes chegar aos 500», explica Edu Fernández.

Material por futbolista
Cada jugador tiene a su disposición pantalón corto, largo, camisetas, térmicas, sudadera, chándal, calcetines, calzoncillo, gorro, guantes, braga, calentadores y botas, con una media de seis por cada jugador. Las marcas van enviando los nuevos modelos a cada futbolista que tiene algún tipo de acuerdo con alguna de las multinacionales.

Material de campo
Edu se mueve por el almacén celeste entre picas, chinos, siluetas, cintas, redes de tenis, vallas, cajones, pesas, escaleras de coordinación y cintas. Su utilización depende del plan de trabajo de cada cuerpo técnico.

Las nuevas normas
Con los nuevos tiempos, también han cambiado las directrices. A la par que han ido mejorando los materiales y las marcas se han metido en material específico, los organismos se han puesto más ortodoxos: todo el material de juego debe estar combinado. «Os árbitros non che permiten nin que unha media sexa doutra cor, de feito, os calcetíns agora teñen que ser iguais á media, ata a cinta ten que ser da mesma cor». A mayores, los jugadores están obligados a cambiar cualquier prenda a la mínima mancha de sangre.

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