El Celta vivirá un cierre de mercado muy tranquilo


Foto: FDV
Después de varios veranos de zozobra, con mucho por decidir en el último día del mercado estival, el Celta afronta el cierre del período de fichajes con la tranquilidad de tener los deberes hechos desde hace tiempo. No se prevén entradas. El Celta tenía clara su hoja de ruta a principios del verano. El Presidente Mouriño anunció al finalizar la pasada Liga que habría cinco fichajes para reforzar cinco posiciones concretas. Y cinco fueron los fichajes. 

Primero llegó Pablo Hernández, que reforzaba la medular en su parte ofensiva, siendo una petición expresa de Eduardo Berizzo, quién lo dirigió en Chile. Hacía falta un central ya que el club preveía ceder a Samuel y dar la baja a Jonathan Vila. El elegido fue Sergio Gómez. La tercera necesidad era el fichaje de un delantero, posición debilitada tras la retirada de Mario Bermejo y la salida de David Rodríguez en el pasado mercado de invierno. Ese hombre fuer Joaquín Larrivey, que llegó libre tras no llegar a un acuerdo con el Rayo para su renovación. 

El lateral izquierdo era otra de las posiciones a reforzar y el Celta volvió a tirar de la Masía con el fichaje de Planas. La última de las incorporaciones fue la más complicada: El Mediocentro. Tras varios años postergando el fichaje que reforzase esta posición, el club decidió acometer este año la llegada de un hombre que le disputase el puesto a Oubiña. Los hechos fueron precipitando las cosas, primero con la lesión de Oubiña, que no estará hasta el mes de diciembre, y después con la eclosión de Borja Fernández. Durante el verano sonaron muchos nombres, algunos realmente importantes, pero el elegido finalmente fue Nemanja Radoja, un prometedor centrocampista serbio que ya fue titular el sábado ante el Córdoba. 

Y hasta aquí llegó el trabajo de la secretaría técnica, que ya piensa en la próxima temporada, o en el mercado de invierno si fuese necesario reforzar al equipo. No hay previstas entradas, y tampoco salidas. El Celta ha renovado en las pasadas semanas a Nolito y Hugo Mallo, dos de sus piezas más codiciadas, y la salida de Orellana, de la que se habló demasiado este verano, está totalmente descartada. Tampoco, como otros años, hay ningún jugador que pueda salir por descarte. 

Así pues, el celtismo vivirá un último día de mercado sin ningún aliciente, con el aburrimiento como tónica general, pero la tranquilidad del trabajo bien hecho. Si hoy se produjese cualquier movimiento, de salida o de entrada, sería un auténtico sorpresón. Lejos quedan aquellos tiempos de faxes sobre la bocina, como en el caso de Orellana, o de fichajes en el último instante, como el de Welliton el pasado invierno. Tampoco los rumores ocuparán el día como sucedió hace hoy un año, con la salida de Orellana, que casi sale cedido a Mallorca, o los insistentes rumores sobre una posible llegada de Casemiro. Eran otros tiempos. 

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