Celta 2 - Deportivo 1 [Emoción y gloria final en Balaídos]


Partido intenso, vibrante, marcado por la alternancia en el marcador y en el dominio del partido. Decía Bergantiños que las sensaciones no dan puntos, y no le faltó razón. El conjunto herculino dejó una buena sensación en Balaídos sin premio alguno. El Celta fue más efectivo y apretó cuando el partido lo requería, aunque sufrió más de la cuenta y terminó pidiendo la hora ante un equipo inferior sobre el papel. 

Se encaraba el partido en Vigo con cierta euforia, provocada por la aparente superioridad de los celestes. Berizzo se tomó el partido en serio y aparcó las rotaciones, poniendo sobre el terreno de juego su once de gala, formado por Sergio en portería, defensa para Hugo Mallo, Cabral, Fontàs y Planas. Radoja en el mediocentro, con Krohn-Dehli y Álex López como volantes. En punta, el tridente letal formado por Nolito, Orellana y Larrivey. 

Un equipo muy superior al que tenía enfrente, lo que fue palpable desde el pitido inicial. Tan solo habían transcurrido tres minutos de juego cuando Nolito desbordó a toda la zaga herculina con una facilidad increíble para anotar el primer tanto del encuentro. El Celta tenía el partido donde quería, y muchos ya vaticinaban una goleada sobre el eterno rival. 

Craso error, porque enfrente había un equipo que también jugaba al fútbol, y que nunca renunció al balón. El Deportivo tuvo el mérito de plantar cara a un equipo superior sin renunciar a sus principios. Eso sí, jugó cuando el Celta le dejó, porque es imposible mantener el altísimo ritmo con el que plantea el comienzo de los partidos. No es de extrañar que las mejores ocasiones del Celta llegaran en la primera media hora. A los 9 minutos, Álex López disparó alto tras una dejada de Nolito. Y superado el minuto 20, una peligrosa falta es ejecutada por Orellana, sin peligro para Lux. 

A la media hora de juego, tras una evidente superioridad céltica, los de Berizzo se tomaron un respiro que duró demasiado. El Deportivo comenzó a dominar el juego, aunque sin crear excesivo peligro. Los vigueses reservaban sus esfuerzos para las contras, así pudo llegar el segundo en un tres para uno que no fue aprovechado por los de Berizzo. La primera parte terminó con una peligrosa falta ejecutada por Cuenca, despejada por la barrera. 

Arrancó la segunda parte con la misma tónica del primer tiempo. Dominaba el juego el Deportivo, que comenzaba a merodear en torno al área de Sergio con malas intenciones. A los diez minutos, la evidencia se hizo real con el gol de Cuenca, tras un centro lateral y recogiendo un balón suelto para batir a Sergio. Justo empate por los méritos de ambos hasta ese momento. 

Pero el Celta aún no había dicho su última palabra, espoleado por su afición, los celestes se volcaron sobre el área de Lux, encerrando al Deportivo con varios saques de esquina en los que se mascaba la tragedia herculina. Se aprovechaban las bandas, y el desequilibrio de los jugones para volver a domar a su rival, que no se escondía y buscaba a la contra el gol que le diese ventaja. Lo pudo lograr a los 20 minutos, con una internada de Juanfran que salvó milagrosamente Fontàs. 

Eran minutos de zozobra para los hombres de Berizzo, que comenzó a mover el banquillo, dando entrada a Augusto en lugar de Krohn-Dehli. Víctor Fernández también lo hacía, e iba a por el partido. Introdujo a Cavaleiro en lugar de Cuenca, posteriormente a José Rodríguez por Laure, y a Toché por Fariña, terminando el partido con muchos hombres de ataque en busca de la victoria. 

La acumulación de hombres en ataque le dio cierta ventaja en el centro del campo, pero los atacantes mostraron sus carencias, algo que no desaprovechó el Celta para adelantarse en el marcador con el segundo gol del partido, obra de Larrivey, que remata un saque de esquina a gol, con la agradecida colaboración de Germán Lux. 

El argentino tuvo en sus botas la sentencia con un mano a mano ante Lux que desaprovechó al intentar superar a su compatriota con una vaselina. Berizzo, mientras tanto, repitió la fórmula del Calderón, aunque invirtió los cambios. En el 82 entró Jonny, pasando Planas al extremo y Jonny a su posición. Nolito era el sacrificado. Posteriormente retiró a Krohn-Dehli y dio entrada a Sergi Gómez. 

El Celta, mucho más defensivo entonces, renunció al balón, que ya no le duraba, y dejaba en el aire la posibilidad de que el Deportivo, a base de insistencia, lograse su objetivo. Y lo tuvo en sus botas con un penalty de Cabral a tres minutos del final. Sergio estuvo espectacular y detuvo la pena máxima, desatando la euforia en Balaídos. El de Catoira volvía a convertirse en héroe, pero el partido aún no había terminado. 

Los últimos minutos fueron de infarto, con un Deportivo más efectista que efectivo, generando peligro con balonazos sin mucho sentido, pero en los que cualquier rechace o mal despeje podía ser letal. El Celta se defendió bien, no sin sufrimiento, pero aguantó los minutos restantes para llevarse una victoria que sabe a gloria por el esfuerzo que exigió. 

Partido intenso, bellísimo para el espectador neutral, y de altas emociones para los contendientes y sus aficiones. Un derby de verdad, de los de siempre, que siempre se agradece un martes por la noche. Y con final feliz, ganaron los que portan los colores de Galicia en su indumentaria. El viernes será otra historia. 


Ficha técnica

Celta: Sergio, Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Planas, Radoja, Krohn-Dehli (Sergi Gómez, min.89), Álex López  (Augusto, min.66), Orellana, Nolito (Jonny, min.82) y Larrivey

Deportivo: Lux, Laure (José Rodríguez, min.77), Lopo, Sidnei, Luisinho, Bergantiños, Mendunjanin, Cuenca (Cavaleiro, min.69), Fariña (Toché, min.84), Juanfran y Postiga

Goles: 1-0, min.3: Nolito; 1-1, min.54: Cuenca; 2-1, min.71: Larrivey

Árbitro: Del Cerro Grande, del comité madrileño. Amonestó a Fontás, Luisinho, Orellana, Laure, Sidnei

Campo: Estadio de Balaídos, 23.903 espectadores

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