El fichaje del verano


Foto: Celta
El Celta ha realizado esta tarde el mejor fichaje de la temporada, aquel que garantiza la continuidad de Nolito, o una compensación realmente jugosa en caso de que finalmente salga traspasado a final de temporada. Recordemos que la renovación de Iago Aspas llegó solo unos pocos meses antes de ser traspasado, pero en todo caso supone un firme paso adelante en la defensa de un proyecto claro y cada vez más consolidado. 

Nolito se estaba convirtiendo en un caramelo demasiado apetitoso para muchos clubes que veían en él la solución a los problemas que habían detectado durante el verano. Su cláusula, estipulada en 10 millones de euros, podía resultar asequible para algún club y el Celta quiso atajar de raíz cualquier posibilidad de que el andaluz abandonase Vigo, garantizando una compensación suficiente en caso de traspaso. 

La cotización del jugador puede subir en los próximos meses. Su buen rendimiento no ha pasado desapercibido en el mundo del fútbol, con una selección española en pleno proceso de renovación tras el fiasco del pasado mundial. No se descarta que el "10" céltico tenga alguna oportunidad en el exigente combinado español, con una competencia durísima en las posiciones ofensivas. Eso no haría sino subir todavía más su cotización dentro del mercado, así que el Celta ha estado rápido. 

Se trata además de un jugador cuyo rendimiento en la recta final de la pasada temporada fue espectacular, haciendo olvidar su arranque de temporada, cargado de dudas, en las que compaginaba grandes actuaciones con otras más discretas. La calidad la demostró desde el primer día, pero solo cuando le sumó la regularidad se convirtió en el jugador franquicia del equipo. Durante esta pretemporada hemos visto además una versión mucho más trabajadora, cargada de solidaridad con sus compañeros en el trabajo defensivo y manteniendo, e incluso incrementando, su efectividad ofensiva. 

En resumen, el Celta tenía que proteger a una de sus estrellas, y lo ha hecho con la colaboración del futbolista que ha demostrado un compromiso impropio para quien le es tan extraño un escudo. Nolito no se crió en A Madroa, ni bebió del celtismo en su infancia, pero con este gesto demuestra un amor, un respeto y una fidelidad a los colores digna de encomio. No conocemos el futuro ni sabemos las circunstancias que rodearán los sucesos que acaecerán en torno a Nolito y su estancia en el Celta, pero hasta el momento solo podemos aplaudirle y desearle suerte, que será la nuestra. 

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