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Foto: FDV |
Monte da Vila concentra durante esta semana la ilusión por ser futbolistas de un grupo de 37 niños. La celebración del Campus del Real Club Celta en O Grove le ha brindado la posibilidad de impregnarse del método de trabajo que se emplea en la cantera celeste.
El Real Club Celta está capitalizando las ilusiones de un total de 37 niños de O Grove y sus ayuntamientos colindantes. El campus de perfeccionamiento que el club vigués desarrolla durante todo el verano por diferentes puntos de Galicia se ha detenido esta semana en Monte da Vila.
A las diez de la mañana comienzan las sesiones de entrenamiento. Los técnicos de la cantera celeste, con Álex Abalde como coordinador, son los encargados de poner en práctica las tareas a desarrollar. Todo ello dejando bien claro en cada situación el sello característico del club vigués en materia de formación.
El modelo de trabajo es el mismo que se aplica diariamente durante la temporada en los campos de A Madroa. El balón se convierte en el elemento de mejora innegociable. El objetivo es que el niño tenga el mayor contacto posible con el esférico, sobre todo en la primera mitad del entrenamiento.
Las atención de los monitores es absoluta. Para un óptimo desarrollo de las tareas, los alumnos se engloban en tres grupos de trabajo en función de la edad y también de las potencialidades futbolísticas del jugador. A partir de ahí se desarrollan las tres grandes áreas en las que se basa este campamento de futbolistas. Los apartados técnico-táctico, coordinativo y de multideporte se trabajan diariamente con base en distintos ejercicios.
Tampoco falta el material adecuado para que los entrenamientos tengan la mayor calidad posible. Desde petos a balones, pasando por picas, escaleras o cintas para el trabajo sobre espacios reducidos son algunos de los útiles habituales. Las equipaciones oficiales del Celta también lucen cada día sobre el sintético grovense. La matrícula llevaba consigo el regalo de un uniforme del equipo de Balaídos e incluso los primeros en formalizar su alta, se llevaron otra de regalo.
La intensidad de los entrenamientos obliga a reponer fuerzas antes de afrontar la segunda parte del trabajo. Bebidas y fruta componen la base del tentempié que le prepara la organización. Tras el descanso preceptivo, toca el turno para los partidos de la competición interna.
La intensidad y ganas de agradar de los jugadores se percibe en cada acción. Ahí están los técnicos para incidir en la asociación y el pase como normas a seguir en los partidos. El trabajo sin balón también merece un énfasis especial por parte de los entrenadores. La tendencia de los niños a descargar la responsabilidad defensiva en otros es uno de los caballos de batalla de cada entrenamiento. Eso y conseguir que se tome la decisión táctica correcta tanto para atacar como para recuperar la pelota.
Después de cinco días de entrenamiento, esta edición del Campus del Real Club Celta de Vigo toca hoy a su fin. Por ello, además del entrenamiento matinal se llevará a cabo una fiesta en la que también participarán los padres de los futbolistas. Pronto el campus Celta se celebrará en Vilagarcía. Será del 21 al 25 de julio en Berdón con el Club Vilagarcía como colaborador.
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