Pocas veces en el mundo del fútbol se dan historias como la de Esteban. El ex guardameta del Celta ha decidido regresar este año a su Real Oviedo, descartando continuar en Almería, donde logró la permanencia en Primera División, para reflotar al equipo de su vida. El conjunto asturiano abandonó la élite del fútbol hace más de una década, y desde entonces malvive entre la Tercera División y la Segunda B.
Pero eso no le ha hecho perder el apoyo de su afición, más bien al contrario. El Carlos Tartiere es uno de los estadios con más asistencia de la categoría de bronce, y es muy habitual que se superen los 10.000 espectadores. Algo extraordinariamente meritorio teniendo en cuenta las penurias que ha padecido una afición que vio incluso como el ayuntamiento apoya a otro equipo en su ciudad, el que pretendía ocupar su puesto como referente para Oviedo.
Esteban jugó en el Oviedo entre 1996 y 2001, pero tras el descenso del Oviedo escuchó los cantos de sirena que llegaban desde el Vicente Calderón. Allí estuvo dos año, y otros dos más en el Sevilla, antes de desembarcar en Vigo, donde jugó entre 2005 y 2008, viviendo una época complicada en el club celeste, y protagonizando acciones para olvidar. Desde su salida de Balaídos ha jugado en el Almería. Seis largos años, que convierten a los rojiblancos en el equipo profesional con el que más temporadas ha estado el guardameta asturiano.
Pero su corazón siempre llevará el azul de su Oviedo, por eso regresó este verano, y este viernes fue presentado ante una afición que valoró su gesto y acudió masivamente a su presentación. Unos 3.000 aficionados apoyaron a Esteban desde la grada del Nuevo Tartiere, un estadio de lujo, que solo ha podido vivir una temporada en Primera División. No es habitual que el Celta congregue a tantos aficionados en la presentación de un jugador, pero el caso de Esteban, para el Real Oviedo, es especial.
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