La maldición de Ancelotti en Balaídos

Foto: Miguel Vidal 

Carlo Ancelotti no es feliz en Balaídos. El técnico italiano no guarda buenos recuerdos de sus visitas a Balaídos, y es que tras disputar tres encuentros como entrenador en el coliseo vigués, no conoce la victoria ni ha logrado que sus equipos marquen un gol en 270 minutos de juego. Y eso que los equipos a los que dirigía cuando vino a Vigo suman entre ellos 18 Copas de Europa, y están considerados entre los más grandes y poderosos del mundo del fútbol. 

Su primera visita a Balaídos data del año 2000. Entonces entrenaba a una Juventus de Turín que contaba en sus filas con Zinedine Zidane como máxima estrella. Los juventinos habían vencido en el partido de ida de la eliminatoria de UEFA gracias a un solitario tanto de Darko Kovacevic, y llegaban a Vigo para defender su renta. No tardó mucho el Celta en anotar el tanto que igualaba la eliminatoria y desmontaba el plan de Ancelotti. Makelele era su ejecutor. Sería el primero de los cuatro tantos que encajarían los de Ancelotti aquella noche. 

Poco más de tres años después, Ancelotti entrenaba al Milan, encuadrado en el mismo grupo que el Celta en su debut en la Champions. No era un Milan cualquiera, era el campeón vigente de la competición. El técnico bromeó antes de comenzar el partido sobre su eliminatoria de UEFA con la juventus, asegurando no recordar nada de aquel partido. Tampoco este partido quedó grabado en el recuerdo de nadie tras un empate sin goles. Unas semanas después el Celta lograría el pase a octavos de final venciendo en San Siro a los "rossoneri". 

La última visita fue ayer, defendiendo los colores del Real Madrid, ya clasificado para la final de la Champions. Cierto que los madrileños viajaron con muchas bajas, pero la comparación entre los salarios de los que ayer jugaron y lo que cobran los futbolistas celestes es irrisoria. Tampoco esta vez pudo Ancelotti con el Celta, y suma así tres partidos sin ganar, sin marcar goles, y con seis goles recibidos. La maldición de Ancelotti en Balaídos continúa. Que dure.