El desquite de Charles

Foto: Miguel Riopa

Los Reyes Magos trajeron carbón a Charles el pasado mes de enero en el Santiago Bernabéu. El delantero  marró dos ocasiones claras de gol, que impidieron que el Celta asustase al menos a los blancos en su propio feudo. Con el mercado invernal en plena ebullición, no fueron pocas las voces que pidieron un relevo para charles, un hombre que compitiera con él por la titularidad. No tardó ni una semana en silenciar dichas voces con un doblete al Valencia, esta vez en Balaídos, que le aseguraba cierto tiempo de tranquilidad. 

El fichaje estrella del mercado fue Welliton, así que Charles siguió trabajando con la misma serenidad que durante toda la temporada y, por supuesto, sin ver peligrar en ningún momento su posición de privilegio dentro de la plantilla. La temporada del ariete brasileño se puede calificar de notable. Es mucho más que un delantero goleador, su trabajo, en cierto modo invisible, ayuda a sus compañeros, sabe abrir espacios, fijar a los centrales, sabe moverse como un ariete experimentado. El oficio de delantero es el mismo en Primera que en Segunda B, simplemente hay que saber adaptarse al ritmo de los encuentros. 

Nadie pondrá en duda el acierto en su fichaje, ni su puesto en el equipo. Llegaba a este partido con 10 goles, una buena cifra, pero en su interior tenía la espinita clavada de su partido en el Bernabéu. No cabe duda de que el coliseo madridista es un escenario diferente a muchos otros, como lo es también un encuentro ante el conjunto merengue. Su mala actuación en Madrid debía ser resarcida cuanto antes, y ayer encontró su oportunidad. Anotó dos goles de auténtico delantero, de esos que bregan oliendo la sangre del rival. Hurgó en su herida aprovechando un resbalón de Sergio y batiendo con elegancia a Diego López, e hizo lo propio en la segunda mitad tras otro regalo de Xabi Alonso. 

Saber estar, y ser un delantero. Esas son las consignas que han llevado a este trabajador del fútbol a la Primera División. Han sido años duros los que ha durado su viaje desde las "ligas menores" hasta la élite del fútbol mundial. Se estrena en la máxima categoría con 12 tantos, al menos, y con un doblete ante el Real Madrid. El partido del Bernabéu ya está olvidado. Yo ni me acuerdo.