Balaídos, el eterno proyecto


Foto: Atlántico Diario
Carlos Mouriño aseguró el domingo, en el vídeo que dedicó a la afición del Celta como despedida a la temporada del noventa aniversario del club, que "batallará" por un nuevo estadio de Balaídos. Para ello, dijo, se sentará con los responsables de la Xunta, la Diputación y el Concello. Ayer dio el primer paso y, en la firma del convenio para la organización del Preeuropeo sub-19 que se celebrará en Vigo y Pontevedra del 31 de mayo al 5 de junio, Rafael Louzán, presidente de la entidad provincial, se mostró dispuesto a colaborar en la construcción de un nuevo campo. No será, en cualquier caso, sencillo. Y es que hace más de una década que se presentó el primero de los varios proyectos de reforma ideados y, hasta la fecha, ninguno se ha traducido en una remodelación real.

En verano de 2001, el entonces alcalde de Vigo, Lois Pérez Castrillo, y el anterior presidente del Celta, Horacio Gómez, firmaron un proyecto de reforma de Balaídos por un montante de entre 50 y 60 millones de euros (entonces de 8.000 a 10.000 millones de pesetas). La intención era que el nuevo estadio estuviera acabado en 2006, pero las obras ni siquiera llegaron a empezar. La presión de PSA Peugeot Citroën, preocupada por el aumento de tráfico de vehículos en la zona, frenó el proyecto.

Con el paso de los años, otros dirigentes políticos de Vigo crearon castillos en el aire que nunca vieron la luz. Tal fue el caso del proyecto anunciado por Corina Porro en 2007, con un coste estimado de entre 70 y 100 millones de euros, o el de Santi Domínguez en el año 2009, que presentó un ambicioso plan, como parte de la candidatura de España al Mundial de 2018 o 2022, que preveía la construcción de un campo con más de 40.000 espectadores con un presupuesto de 123 millones de euros.

Hoy, la realidad es la de un estadio que se cae literalmente a pedazos. Hace unas semanas, un viandante se desplomó por el impacto de un cascote caído de la fachada del vetusto coliseo olívico, reformado por última vez con motivo del Mundial de 1982.

El Concello aprobó recientemente una inversión de 1,3 millones de euros para reparar la estructura de Balaídos, pero la remodelación del estadio debe contar con el apoyo de las diferentes administraciones, tal y como volvió a recalcar ayer Carlos Mouriño. "Sabiendo que no es el momento ideal, sí creemos que tenemos que empezar a cimentar esa idea. Vamos a dar mucho la lata a la Xunta, la Diputación y el Concello de Vigo. Dentro de lo que tenga que colaborar, el Celta también estará ahí para hacer lo que se hace en otros sitios, no pedimos ni más ni menos. Mi esfuerzo va a ser intentar que nos sentemos todos en una mesa y poder discutir este proyecto", señaló el mandatario celeste. Y Rafael Louzán recogió el guante: "La disposición de la Diputación, desde ahora mismo, es absoluta para poder sentarme y participar en esa probable remodelación. Puede ser una realidad a corto o medio plazo. Si se hacen las cosas con sentido común, con lógica y entendiendo que los tiempos actuales son los que son, se puede afrontar esa reforma necesaria", afirmó el presidente de la Diputación, que reconoció haber vivido con "preocupación" el incidente en el que un joven perdió el conocimiento en los aledaños de Balaídos. "Todos vivimos con preocupación cuando hace unos días caía un cascote de una grada y, por tanto, la Diputación está dispuesta a sentarse desde ya mismo. De hecho, cuando eso sucedió le envié una carta tanto al presidente del Celta como al alcalde de Vigo para participar en esa remodelación", afirmó Louzán.

El dirigente provincial considera que la reforma debe llevarse a cabo como la del pontevedrés campo de Pasarón, en el que se fue remodelando grada a grada durante cuatro años mientras el Pontevedra disputaba sus partidos como local con cierta normalidad.

Borja Barreira / Atlántico Diario

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