Después de hacer los cuatro goles que dieron la victoria a la Real Sociedad en la ida (4-3), Carlos Vela volverá a ser mañana una de las principales amenazas para el Celta -donde militó sin debutar en la temporada 2005/2006-. Algunos de los futbolistas que compartieron vestuario con él en sus primeras temporadas en España aseguran que el gran nivel que ha alcanzado luego no les sorprende en absoluto y que, de hecho, esperan más de él. A los de Luis Enrique les recomiendan «no quitarle ojo», aunque advierten de que el mexicano «cuando quiere, es imparable».
Inicios en España: Un niño travieso que se convirtió en imprescindible
Tras recalar en el Celta como cedido por el Arsenal, Vela llegó al Salamanca en el verano del 2006 sin haber debutado como profesional y sin haber cumplido tampoco la mayoría de edad. «Era muy joven. Creo recordar que hasta se apuntó al instituto», rememora Aritz López Garai, miembro también de aquella plantilla. Pese a esa juventud, pronto se convirtió en un puntal fundamental del equipo, como recuerda Dani López, compañero de entonces también. «Se veía que tenía cualidades y poco a poco se fue haciendo un hueco. Tanto, que en la segunda vuelta sufrió una lesión y el rendimiento del grupo se resintió muchísimo con su baja», cuenta. La prueba es que estuvieron cerca del ascenso y se les escapó por poco. «Él y Braulio, inseparable suyo esa temporada, lo vieron hecho y se tiñeron el pelo de rubio pollo. El entrenador -Javi López- les hizo quitárselo», recuerda Garai entre risas. Era, dice, «un niño travieso que daba sus primeros pasos en el mundo profesional».
Características: Cualidades innatas y un potencial inmenso
Asegura Óscar Arpón que Vela es uno de los jugadores que más le «ha impresionado en directo». «Tuve la oportunidad de ver a la delantera del Barcelona, pero lo suyo era increíble: descaro, condiciones técnicas buenísimas, velocidad, pegada con el balón en los pies... Es muy completo», subraya. Coincide en la misma idea Raúl Gañán, que destaca en él, además, «su capacidad para provocar faltas, lo incisivo que era y su olfato de gol, cosas que ha seguido mejorado con el tiempo». Arpón va más allá y admite que le recuerda un poco a Messi «en el sentido de que a veces parece que no está en el campo, pero de repente, cuando los suyos tienen la pelota, se conecta, es veloz y lee los espacios como nadie».
Personalidad: Reservado y algo rebelde
López Garai narra que Vela llegó a un vestuario de veteranos que «cuidaron» de él. «Era un chaval tímido, venía de fuera, pero le cogimos todos mucho cariño», relata. Lo confirma Dani López, quien tuvo, dice, «la suerte de conocerle bien» fuera del vestuario. «Dentro no hablaba mucho, pero luego era muy cariñoso con la gente que le quería. Un chaval sensacional», describe. Lo que no quita para que se mostrarse en ocasiones «algo rebelde», señala Gañán. Arpón también apunta que es un chico que va mucho «a su aire» y que tiene muchas otras inquietudes al margen del fútbol. «Él lo ha comentado muchas veces, que no es la única prioridad en su vida. Le encanta entrenar y jugar, pero luego tiene una gran capacidad para desconectar, y le gusta mucho también el baloncesto».
Futuro: Estrella destinada a un «grande»
Dice Arpón que Carlos Vela llegará «a donde él se proponga, porque reúne todas las condiciones necesarias». «Creo que este año la Real ya se le está quedando corta. No en el sentido de tener minutos, y tampoco porque no sea un grande, pero sí a nivel de aspiraciones», analiza Gañán. Todos coinciden en que era «obvio» que aquel chaval tenía un gran futuro en el mundo del fútbol. «Se veía que iba para estrella. Las cosas que hacía no estaban al alcance de cualquiera. Y pienso que todavía tiene margen de mejora», opina López Garai. Dani López reconoce que creyó que triunfaría ya en el Arsenal, «pero seguro que va a tener otra oportunidad en un grande y la va a saber aprovechar».
Celta-Real: Concentración y no perderle de vista, recetas para pararle
Carlos Vela es «cuando se pone, imparable». Lo dice López Garai, pese a lo cual da algunas posibles claves para que el Celta pueda contrarrestarle: «Es básico que no tenga espacio para correr, porque si lo tiene, te destroza». Dani López recomienda «estar muy encima de él todo el rato, tenerlo controlado y no perderlo de vista». Gañán cree que su «rapidez y habilidad» exigen «muchísima concentración y atención en las ayudas» por parte del rival.
Miriam Vázquez Fraga / La Voz de Galicia
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