El Mundial de 1994 persigue a Luis Enrique. El asturiano, entonces jugador del Real Madrid, sufrió en aquel verano una brutal agresión por parte de Tassotti, defensa italiano, en los cuartos de final de la Copa del Mundo. La imagen del centrocampista sangrando y llorando de impotencia le ha perseguido desde entonces, hasta el punto de haber pedido públicamente no volver a ser portada de ningún periódico por esa fotografía.
Pero hay situaciones en las que resulta imposible no recordar aquel momento. La noche del sábado, durante el Rayo - Celta, Luis Enrique vio desde el banquillo como un jugador suyo sufría lo que le pasó a él hace veinte años.
En un contragolpe, Charles pasó el esférico hacia un compañero. Al caer, le recriminó algo al lateral local. Con la acción ya en el otro costado, ambos avanzaron unos metros hasta que el rumano le propinó un codazo y le rompió la nariz.
La gran diferencia reside en que el colegiado sí lo vio, y el defensor del Rayo fue expulsado. En la rueda de prensa, Luis Enrique se empeñó en restarle importancia. "Los jugadores no quieren hacerse daño", "el fútbol es un deporte de contacto" y "hay que ayudarse, no pasa nada" fue todo lo que dijo al respecto.
A buen seguro que al entrenador asturiano se le pasó por la cabeza aquel desagradable momento acontecido veinte años atrás. Una situación que, por algún motivo, parece perseguirle pese al empeño del ahora técnico del Celta de Vigo en que caiga en el olvido.
0 comments:
Publicar un comentario