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Foto: Atlántico Diario |
El equipo vigués acumuló pérdidas y errores, individuales y colectivos, ante un Rayo que sólo pasó apuros cuando se quedó con diez jugadores por la expulsión de Razvan Rat. Para entonces, el resultado era ya 3-0 y la remontada, imposible.
Orellana por Álex López
Luis Enrique introdujo un solo cambio en el once, en cuanto a nombres, con respecto al que se enfrentó al Sevilla en la jornada anterior. Orellana entró en lugar de Álex López y ocupó la derecha del ataque, mientras que Rafinha, que había actuado más adelantado ante los andaluces, retrasó su posición al centro del campo.
Ataque de ida y vuelta
El técnico celeste previó que el partido contra el Rayo podía ser de ida y vuelta y así fue en los primeros minutos. Tanto el Celta como los madrileños buscaron la portería contraria desde el pitido inicial, aunque siempre con ventaja para las defensas.
Pérdidas
Celta y Rayo compitieron en perder el balón en zonas comprometidas, pero mientras los locales aprovecharon alguna, los vigueses no fueron capaces de hacer daño con los regalos del rival. En el minuto 18, Charles robó el balón al guardameta Rubén dentro del área, pero después no supo qué hacer con él.
Despiste defensivo
El encuentro estuvo igualado hasta el minuto 25, cuando un despiste defensivo del Celta permitió al Rayo abrir el marcador. Bueno abrió el balón a la izquierda, hacia Iago Falque, y la zaga céltica se descolocó. El centro del vigués al segundo palo lo remató de primera Rochina y la pelota entró en la portería tras tocar en Íñigo López.
Álex López por Orellana
Tras el primer gol, el Celta desapareció del campo y Luis Enrique trató de recomponer la situación en el descanso. Álex López entró por Orellana para tratar de fortalecer un centro del campo en el que sólo Krohn-Dehli actuaba con solvencia, ya que Augusto no tuvo su encuentro más afortunado y Rafinha se excedió en la conducción.
Error de Yoel
El Celta pareció salir más entonado al comienzo de la segunda parte, pero el segundo gol del Rayo acabó con sus esperanzas de remontar. La jugada comenzó con una pérdida de Krohn-Dehli en el centro del campo de la que se aprovechó Bueno que al llegar al área, muy escorado, sacó un disparo que parecía sencillo para el portero, pero Yoel falló y el balón se coló por debajo del cuerpo.
Falta de intensidad
Los vigueses pagaron su falta de intensidad en un partido que la requería a raudales. La acción del tercer gol fue un buen ejemplo de la desidia de algunos jugadores celestes. Trashorras sacó una falta y el rechace llegó a Álex López en la frontal del área, pero el ex céltico llegó a tiempo de robarle la pelota y disparar a puerta, aunque Bueno desvió el lanzamiento cerca del área pequeña y se apuntó el tanto.
Expulsión y falta de gol
El choque ya estaba sentenciado, pero la expulsión de Razvan Rat por una agresión a Charles, en el minuto 63, daba alguna opción al Celta. Al menos, de recortar diferencias. Sin embargo, los vigueses siguieron demostrando que ayer no era su día y, aunque encerraron al Rayo y dispararon a puerta en numerosas ocasiones, fueron incapaces de batir a Rubén. La permanencia debe esperar.
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