El triunfo de una idea


Foto: Jorge landín
El Celta tiene muchísmas cosas que mejorar de aquí al futuro. Muchas sí, pero lo normal en cualquier equipo que pelea por la permanencia. Desde ya, a quien le corresponda esa misión, se podrá a trabajar en ello, pero antes debemos sellar una permanencia lograda con un estilo extraño y poco habitual para los equipos que se ven inmersos en semejante pelea. 

Desde principios de temporada, Luis Enrique apostó por un estilo de juego de toque, combinativo, que buscaba la posesión y cuyas alegrías ofensivas eran motivo de preocupación y de felicidad a partes iguales por parte de la afición. Felicidad porque el juego, por momentos, ha sido espectacular, y de preocupación porque las concesiones defensivas han sido excesivas. 

Pero al fin y al cabo, el fútbol tiene un componente lúdico muy importante. Vamos al fútbol porque nos divierte y nos apasiona. El equilibro entre diversión y pasión lo dan las victorias, los triunfos. Los goles que se transforman en puntos y nos dan la tranquilidad. Lo primero es la ganar, luego habrá tiempo para divertirse, piensan unos. Otros apuestan por buscar la victoria divirtiéndose por el camino. En ese grupo está Luis Enrique, y hemos estado todos los celtistas este año. No nos ha quedado más remedio. 

El asturiano ha sido fiel a sus ideas, y no las ha variado incluso cuando la situación era peor. Es verdad que realizó modificaciones, pequeños o grandes ajustes, pero la idea fue invariable, y le ha dado, o está a punto de hacerlo, buenos réditos. Incluso ayer, en uno de los partidos claves, salió a pecho descubierto con Krohn-Dehli como pivote defensivo. El danés aporta fantasía, control del juego y un último pase que no tiene casi ningún mediocentro defensivo de la categoría, pero el equipo se desordena y pierde el sitio constantemente. En Bilbao nos costó una goleada en Copa, y el equipo lo sufrió en Vallecas. 

Luis Enrique no varió un ápice su idea. Sigue confiando en él, y en su balanza pesa más lo positivo que lo negativo. El resultado fue que ayer el Celta, no solo ganó, sino que dio un recital de fútbol, especialmente en la segunda mitad. Dueño y señor del partido, aprovechó los espacios que dejaba la zaga almeriense para machacar una y otra vez su área. Y los goles acabaron llegando. 

Una faceta, la de los goles, en la que conviene mejorar para la próxima temporada. Los números dicen que el Celta es uno de los equipos más goleadores entre los de la parte baja de la tabla, pero la realidad es que no ha sido capaz de marcar en más de quince partidos. Una cifra preocupante. O entran todas, o no entra ninguna, algo que se ha repetido a lo largo de la temporada en muchos encuentros. De cara al futuro, conviene consolidar esta idea de juego y reforzar los puntos débiles del equipo. Eso es tarea de la dirección deportiva del club, y a buen seguro que se han puesto manos a la obra. Si Luis Enrique continúa el próximo año, ya sabemos lo que nos esperaremos. No engaña a nadie. 

0 comentarios:

Publicar un comentario