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Foto: Óscar Vázquez |
Luis Enrique situó a Krohn-Dehli como mediocentro en lugar de Borja Oubiña y el danés completó un partido perfecto tanto en defensa como cuando se sumó al ataque. Y, como ya viene siendo habitual, Rafinha llevó la magia al césped de Balaídos, aunque en esta ocasión sus filigranas no sirviesen para conseguir la tercera victoria consecutiva. Aun así, el equipo vigués sumó un punto que le sirve para seguir lejos de la zona de descenso.
Krohn-Dehli hace de Oubiña
Luis Enrique Martínez introdujo tres cambios en el equipo titular con respecto al que había ganado la jornada anterior en Granada. Como ya había probado en dos partidos de Copa contra el Athletic, el técnico asturiano alineó a Krohn-Dehli como mediocentro y dejó en el banquillo a Borja Oubiña. El danés actuó en una posición en la que el propio jugador afirma no sentirse cómodo y se convirtió en uno de los faros del equipo durante los noventa minutos. Además, Luis Enrique apostó por San Mina en lugar de Nolito y por Álex López en sustitución de Augusto.
Dos equipos que atacan
Celta y Athletic no son dos equipos que se caractericen por especular por el juego. Por el contrario, a ambos les gusta tener el balón y lanzarse al ataque siempre que sea posible. A los cuatro minutos, célticos y rojiblancos ya habían lanzado dos saques de esquina cada uno, prueba de la vocación ofensiva de los dos conjuntos.
El balón es un conejo
Borja Oubiña criticó recientemente el estado del césped de Balaídos afirmando, entre otras cosas, que 'el balón es un conejo'. Tras las lluvias de los últimos días, el campo no se encontraba excesivamente mal, pero muchos pases se fueron muy lejos de su destinatario, especialmente desde las botas de los jugadores del Athletic.
Intensidad celeste
Mientras le duró la gasolina, el Celta se mostró mucho más intenso que el Athletic en Balaídos y sus jugadores se llevaron casi todos los balones divididos.
La magia de Rafinha
Mediado el primer tiempo, el Celta se hizo con el control del partido y buena parte del mérito corresponde a Rafinha Alcántara, que volvió locos a centrocampistas y defensores rojiblancos con sus número de magia y sus malabarismos increíbles. El equipo vigués gozó de ocasiones para marcar antes del descanso por medio de Santi Mina, Charles, que disparó al palo, y el propio Rafinha. No hubo suerte.
De más a menos
La segunda parte comenzó como había terminado la primera, con el Celta asediando la portería de Iraizoz, pero poco a poco, la energía se les fue acabando a los célticos y fue el Athletic el que creó algunas ocasiones de peligro. Luis Enrique reaccionó dando paso a hombres de refresco a la hora de partido: Augusto Fernández sustituyó a Santi Mina y Nolito entró en el campo por Álex López.
Pero hasta el final
Pese a que las fuerzas flaqueaban ya en el tramo final, el Celta lo intentó hasta el último minuto del descuento. De hecho, Mario Bermejo, que entró en el campo en el minuto 81 en sustitución de un agotado Charles, dispuso de la última ocasión celeste en el 93, un remate de cabeza que se marchó por encima del larguero. Los vigueses merecieron más, pero se llevan un punto muy valioso.
Javier D. Campa / Atlántico Diario
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