El triunfo de la fe


Foto: Miguel Ángel Molina
El Celta logró el pasado viernes una victoria importantísima, que significa un soplo de aire fresco para los de Luis Enrique en forma de tres puntos y un colchón de cinco sobre el descenso que permite ese pequeño margen para el error, tan necesario viendo el calendario que se avecina en las próximas jornadas. Y lo consiguió con un gol marcado por la fe, personificado una vez más en la figura de Augusto Fernández, un futbolista superlativo cuyas virtudes se enmarcan en la capacidad de superación y la lucha constante, pero sobre todo en la creencia en sí mismo. 

Porque las salvaciones se logran así. Con la igualdad existente en la parte baja, los pequeños detalles suelen marcar la diferencia. Lo vimos el año pasado, cuando esos pequeños detalles evitaron que el Celta diese con sus huesos en Segunda División. En esa lucha, Augusto Fernández se transformó en un jugador imprescindible para el equipo, logrando goles que luego resultaron ser vitales. 

Los goles de Augusto suelen ser pocos pero escogidos. El año pasado anotó ante el Málaga, un punto importante que cortaba una sangría de derrotas a domicilio, como importante fue también el gol que anotó ante el Levante en Valencia, que daba la segunda victoria del conjunto céltico lejos de Balaídos y permitía, como en esta ocasión, encadenar por vez primera dos victorias consecutivas. En esta ocasión, este triunfo permite repetir esta gesta, ante un rival directo, con cuentas pendientes en el pasado reciente. 

Y es un gol que solo Augusto podría marcar, porque la jugada de Krohn-Dehli, siendo buena, no tenía visos de llegar a ninguna parte. El danés se llevó el balón, se fue hacia la línea de fondo y envió un centro raso sin demasiada convicción. Ninguno de los compañeros del jugador danés confiaron excesivamente en que esa acción llegase a buen puerto, ninguno de los delanteros acudió a un posible rechace, pero Augusto sí. Confió, tuvo fe en un posible error de Roberto, un portero bastante fiable en general, esperando con la caña preparada. Fue el triunfo de la fe. La fe de Augusto, tan importante el año pasado y también este. 

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