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| Foto: Ricardo Grobas |
Un éxito y un contratiempo. Son los dos aspectos que protagonizan las horas previas al enfrentamiento ante el Villarreal. Sólo una cosa parece clara en el libreto de Luis Enrique. El 4-3-3 es inamovible. Es el mejor dibujo para que el método del técnico asturiano se consolide, para que su idea futbolística comience a dar resultados. Y en el caso del Celta la mejoría es tal que el cuadro celeste está en las mejores condiciones de firmar una salvación sin el sufrimiento de la pasada campaña.
Sin embargo, el conjunto olívico quiere prolongar su momento dulce. No será fácil. Sobre todo con la baja de Charles por sufrir un síndrome gripal. La ausencia del brasileño y el estado físico de Mina protagonizan el primer dilema. ¿Quién será la referencia ofensiva en El Madrigal? A priori, la lógica apunta a Mario Bermejo, pero lo cierto es que Luis Enrique podría optar por la figura de "falso nueve", un rol que ya desempeñó en alguna ocasión Rafinha Alcántara en su época en el FC Barcelona B.
El otro enigma lleva sobrevolando Vigo toda la semana. La ubicación de Krohn-Dehli como pivote defensivo volvió a ser un éxito. Luis Enrique sólo empleó al danés como recambio de Oubiña en los últimos tres encuentros ante el Athletic, pero lo cierto es que en las dos citas disputadas en Balaídos se pudo ver los dos mejores partidos del Celta en lo que va de curso. Ahora queda ver si esa idea tiene continuidad frente al "submarino amarillo". El capitán vuelve a estar disponible. No obstante, Fontás también podría actuar en esa demarcación, aunque la solidez defensiva mostrada por el equipo vigués en este inicio de 2014 invita a pensar que el catalán seguirá liderando una zaga que busca dejar la portería a cero por segunda jornada consecutiva.
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