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Foto: Salvador Sas |
Año y medio después, Fabián vuelve a ser el que era. El chileno ha recuperado su mejor versión, la que lucía cuando se convirtió en pieza clave del ascenso del Celta. Ahora, vuelve a asumir el peso del ataque celeste, vuelve a enloquecer a la zaga rival con quiebros imprevisibles, vuelve a aportar goles y asistencias, vuelve a encandilar a la afición de Balaídos. Y, además, este genial artista del fútbol trabaja como un humilde peón, consciente de que no puede vivir sólo de su magia de medio campo en adelante.
Orellana resultó decisivo en la remontada del Celta. Protagonizó las primeras aproximaciones con peligro, marcó con un sutil testarazo el tanto del empate y hundió al Betis definitivamente con el 3-1, gol de bella factura. Ha recuperado la confianza y ya se atreve con regates en campo propio, como en los viejos tiempos, y pases que parecen imposibles hasta que, con su magia, encuentran el camino.
Fuente: Atlántico Diario
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