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| Foto: Marta Grande |
Con las fiestas navideñas se interrumpe la Liga y es buen momento para hacer balance. Como viene siendo habitual llega el momento de las tradicionales notas de fin de año en las que os pedimos que valoréis la actuación de los jugadores del Celta durante los primeros meses de competición de la competición que empezó allá por agosto.
El siguiente en la lista es Rafinha. El brasileño llegó a Vigo como el hijo pródigo que retornaba a Vigo convertido en fichaje estrella. Hijo de una leyenda céltica como Mazinho, la calidad a Rafinha se le presupone, y ya la demostró en Segunda División. Sin embargo, su adaptación a la máxima categoría está costando más de lo previsto en un equipo que no acaba de arrancar. Fichado para marcar diferencias, su debut es un hándicap demasiado grande por lo visto hasta el momento.
Y eso que su arranque fue ilusionante, con una afición entregada a él. Fue suplente ante el Espanyol por unas molestias físicas en la semana previa al inicio del campeonato y en su salida al campo levantó al público de sus asientos, primero al entrar al campo y después con la electricidad que desprende su juego. Sin embargo, terminó resultado más efectista que efectivo, y durante las primeras jornadas de Liga apenas ha dejado constancia de su calidad.
Su mejor partido fue ante la Real Sociedad. En Anoeta destapó el tarro de las esencias con dos goles de delantero, mostrando que rinde más cuánto más cerca de la portería rival juegue. Eso dio la pista que necesitaba Luis Enrique para situarlo definitivamente en punta, pegado a la banda derecha. Allí, su rendimiento ha mejorado, pero tras 17 jornadas aún no ha logrado ganar la condición de titular indiscutible. De su explosión definitiva dependerá en gran medida que el Celta afronte la segunda vuelta del campeonato con la tranquilidad necesaria.
¿Qué nota le pondrías a Rafinha?
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