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Foto: Ricardo Grobas |
El Celta ha reconquistado Balaídos. Espoleado por su afición, el equipo de Luis Enrique ha olvidado las dudas que generó con su deficiente inicio de campeonato como local. Incapaz de ganar ninguno de sus siete primeros partidos en casa, con un balance de tres empates y cuatro derrotas, el conjunto celeste se rehizo con la victoria sobre el Almería (3-1) y desde entonces ha sumado 10 puntos sobre el Lagares, tras empatar ante Osasuna (1-1) y derrotar tanto al Valencia (2-1) como ayer al Betis (4-2).
Curiosamente, el cuadro vigués comenzó estos cuatro partidos por detrás en el marcador. Esta vez, debido a un gol de Rubén Castro al cuarto de hora que, unido al pobre juego del equipo en el arranque del encuentro, generó algunos silbidos entre el respetable, pronto acallados por esa mayoría fiel –en la dicha y en la desgracia– que resultó decisiva en esta nueva remontada.
Consciente de la importancia de la contienda, la afición se citó dos horas antes del encuentro en la calle Manuel de Castro para recibir a los jugadores del Celta. Cientos de seguidores jalearon a los pupilos de Luis Enrique en cuanto su autobús hizo acto de presencia, tiñendo el cielo de rojo con esas bengalas convertidas ya en ornamento obligatorio de este tipo de acontecimientos.
Ya en el campo, hubo espacio para los reproches. No ha sentado nada bien entre el celtismo la petición de indulto a José María del Nido –ex presidente del Sevilla condenado por delitos de fraude, malversación de fondos públicos y prevaricación administrativa– firmada por la mayoría de los clubes españoles, entre ellos el Celta, según confirmaron varios medios nacionales. 'Del Nido prisión. Indulto non', rezaba una pancarta en la grada de Preferencia.
Después llegaron los reproches al equipo, puntuales y evaporados tras el empate. A partir de ahí, Balaídos se entregó por completo a un equipo liderado por Orellana que a la media hora ya mandaba en el marcador y se fue al descanso con un 3-1 que invitaba a un optimismo casi desenfrenado. Se contuvo no obstante la afición, hasta que el cuarto gol del Celta, obra del recién salido Nolito, desató la euforia. '¡Goliiiiito de...!', exclamaba el speaker. '¡Noliiiiito!', respondía la afición. No faltaron ni la ola ni A Rianxeira, casi obligadas en momentos de máxima exaltación. Y aunque el segundo gol del Betis, marcado por Rubén Castro tras un grave error de Yoel, y las últimas intentonas de los verdiblancos hicieron temblar a más de un corazón celeste, Balaídos llegó al minuto 90 convertido en una fiesta.
Así, con el triunfo de ayer, el Celta suma cuatro victorias y un empate en sus cinco últimos partidos como local, si a sus compromisos ligueros le añadimos el choque copero contra el Athletic, saldado con un 1-0 a favor de los vigueses. Una notable mejoría en casa que contrasta con el empeoramiento de los números del Celta como visitante. Sostenido en la primera vuelta por sus triunfos lejos de casa, el conjunto vigués acumula cuatro derrotas consecutivas fuera de Vigo. El viernes, en Los Cármenes ante el Granada, tendrá la ocasión de cortar la racha.
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