El Celta encuentra pocas soluciones en el mercado de invierno


Foto: Marta Grande
El Celta es un asiduo en el mercado de fichajes de invierno que oficialmente se abrió ayer y que concluirá el 31 de enero. En los últimos quince años, únicamente en tres ocasiones ha renunciado a reforzar su plantilla en este periodo el conjunto gallego. Y todas ellas han coincidido con Carlos Mouriño en la presidencia del club, que en esos casos prefirió recurrir a la cantera para solventar las necesidades que en ese momento demandaba el primer equipo. No parece que vaya a ocurrir lo mismo en esta ocasión. Desde distintos estamentos del club han reconocido que se busca contratar al menos dos jugadores: para reforzar el frente del ataque y la línea defensiva. Algunos nombres de posibles fichajes han comenzado a circular en las últimas semanas, mientras el club permanece mudo.

Pero para entrar hay que dejar salir. Ese es el mensaje inequívoco que ha lanzado el club tras admitir que acudirá al mercado de invierno que tan irregulares resultados le ha dado en las últimas temporadas. Sin ir más lejos, en la pasada contrató a tres futbolistas -Demidov, Pranjic y Orellana- que apenas tuvieron incidencia en la consecución de la agónica permanencia en Primera División.

Los principales candidatos a abandonar Vigo en las próximas semanas son Carlos Bellvís y David Rodríguez, a los que Luis Enrique ni siquiera incluyó entre los convocados en la eliminatoria de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao. A ellos podría unirse Jonathan Vila y probablemente Fabián Orellana, por quien el Colo Colo chileno mostró interés en los pasados días.

El internacional con Chile fue adquirido en propiedad hace un año. El Celta desembolsó al Granada 1,2 millones de euros, además de cederle el 40 por ciento de un posible traspaso, que se concretó al límite del cierre del mercado de enero, después de que el club estuviese manejando otras opciones.

El chileno no respondió a lo que se esperaba de él tras su magnífica campaña de cesión en Vigo que concluyó con el ascenso del equipo a la máxima categoría. Si se concretase su marcha, el Celta dispondría de la elevada ficha que cobra Orellana para incorporar un atacante que aporte más gol. Se descarta el regreso a Balaídos de Aspas o de Joselu, que en las últimas semanas habían sonado como posibles candidatos si Liverpool o Eintracht de Frankfurt aceptaban cederlos a su club de origen hasta el próximo junio.

La dirección deportiva del Celta tiene por delante un mes para concretar las llegadas de al menos esos dos refuerzos que manejan las más altas instancias del club. Luis Enrique, por su parte, tampoco da pistas. El técnico repite el discurso sobre la necesidad de estar siempre dispuestos a reforzarse con mejores futbolistas cuando la situación económica de la entidad lo permita.

Los doce refuerzos de invierno que han llegado al Celta en la última década han estado por debajo de las expectativas. La última de las incorporaciones que tuvo cierto éxito fue la de Jesús Perera, que llegó a Vigo en enero de 2005 procedente del Mallorca. El extremeño aportó goles que contribuyeron a que el Celta lograse el ascenso a Primera División.

Aunque cuando se habla de fichajes de invierno rentables, el celtismo piensa en Eduardo Berizzo, que llegó en 2001 procedente del Olympique de Marsella. Su compatriota Sebastián, El Gallego, Méndez también firmó en enero, así como el egipcio Mido o el canario Ángel López. En cambio, futbolistas como Hoogendorp, Pinilla, Bamogo, Cellerino o Papadopoulos apenas tuvieron protagonismo con el Celta, que volverá a buscar soluciones en el mercado de invierno.

Jaime Conde / Faro de Vigo

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