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Foto: LFP |
Balaídos por fin pudo festejar una victoria. El Celta consiguió derribar el muro que se encontraba cada vez que ejercía como local, y se impuso a un Almería colaboracionista. Los andaluces no opusieron excesiva resistencia el día en que el Celta pudo restañar heridas. Curó su pánico en casa, logró por fin remontar un marcador, e incluso se reencontró con un Orellana goleador. Más allá del discreto juego exigido al Celta, y de la lesión de Augusto, todo fueron buenas noticias.
Los titulares
Vuelco radical al once
El experimento fallido de Getafe tuvo ayer segunda parte, aunque en esta ocasión, con final feliz. Y es que Luis Enrique revolucionó el once tanto en el capítulo de presencias como de ausencias. Porque si encontrarse a Orellana vestido de titular resultaba sorprendente, todavía chocaba más ver a Augusto Fernández en la banqueta. La defensa, tan cuestionada en Anoeta, volvió a destapar la caja de los truenos tanto en el costado zurdo como en el centro. Aunque Jonny había ejercido a buen nivel en Anoeta, el entrenador apostó por Toni en la banda, mientras que confiaba el centro de la zaga a la dupla Costas-Aurtenetxe. Una apuesta arriesgada, visto que al canterano le pesa por momentos la categoría, y su compañero no tiene experiencia como central.
El sistema
Dos variantes
Aunque el Celta apostó de entrada por el trivote, con Oubiña respaldado por Krohn-Dehli en la izquierda y Álex López en la derecha, por momentos se movió en un 4-1-4-1, con Oubiña como pivote y Orellana, Krohn-Dehli, Álex López y Rafinha creando la línea que precedía a un Charles que ejerció de punta de lanza. Las dos variantes fueron efectivas ante un Almería sin intensidad ni presión.
Dominio absoluto
Control de inicio a fin
El Almería presentó muy pocos argumentos en Balaídos, aunque esto no impidió que a los de Luis Enrique les tocara remontar, algo que, por primera vez en la temporada, consiguieron. Experiencias como la de la jornada anterior en Anoeta se quedaron en el recuerdo y, consumado el 3-1, y aprovechando la falta de intensidad y presión del rival, los vigueses no optaron por las actitudes conservadoras que tan malos resultados acostumbran a traerles.
La defensa
Un día tranquilo
Cuatro llegadas, todas por la banda izquierda, y de las que salió el tempranero gol de Suso fue prácticamente todo el despliegue ofensivo de un Almería que no metió en muchos problemas a la adelantada defensa del Celta. Y es que Luis Enrique intentó en el primer tiempo meter a todo el equipo en campo contrario, y Costas y Aurtenetxe llegaban a rebasar incluso la línea divisoria.
El ataque
Un monólogo
El Celta se pasó casi todo el partido metido en el área de un Almería al que cosía a oportunidades. La participación de Krohn-Dehli a la hora de repartir juego fue determinante, pues su capacidad para leer el fútbol aporta variantes a las ofensivas célticas. La presencia de Orellana tuvo el premio del empate e hizo que el futbolista se creciese con los minutos. Charles, que se reencontró con el gol, vio su esfuerzo traducido en el marcador.
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