Otro despegue abortado


Foto: EFE
El Celta volvió a abortar un despegue para situarse en la zona templada de la clasificación en un partido condicionado por el frío y el mal estado del césped. La injusta expulsión de Charles desarmó a un equipo que vio como en diez minutos el Valladolid sentenciaba el encuentro gracias a la inspiración de un Javi Guerra que parece tocado por una varita esta temporada. Muy tocado, el conjunto vigués fue incapaz de salir de entre la niebla para buscar una reacción heroica y terminó siendo castigado con una derrota que hace más importante, si cabe, el último partido del año ante Osasuna.

Más músculo de inicio

Ante el frío que presidió que el encuentro en Valladolid, Luis Enrique optó por introducir músculo en el once titular, realizando hasta cuatro modificaciones respecto al once que derrotó al Almería. Los mayores cambios se concentraron en defensa, conCabral y Fontás en el centro, y Aurtenetxe en la izquierda en sustitución de Toni y ganándole la partida a Jony. Además, regresó al equipo titular Augusto Fernández en detrimento de Krohn-Dehli, buscando Luis Enrique aprovechar la garra y la energía del argentino, y Nolito, que había flojeado algo en las últimas semanas y que mantuvo la línea descendente.

Respeto y miedo

El estado del césped de Zorrilla, prácticamente congelado, no permitió mucho margen de maniobra a Valladolid y Celta, que sabían que cualquier detalle podía ser decisivo en el desenlace del encuentro. Así, los célticos tocaban en la retaguardia mientras su rival lo esperaba en medio campo para buscar un error en la salida de Cabral, bastante concentrado, o Fontás, que pareció sufrir por la inactividad. y cuajó un gris encuentro. El Valladolid buscaba contras, especialmente a la espalda de Aurtenetxe, que completó un flojo partido que pone, más si cabe, en valor a Jony, firme candidato por méritos a ocupar el lateral zurdo.

Ebert, Charles y Mariño

Valladolid y Celta encontraron dos formas, una por cabeza para intentar hacerse daño. Los pucelanos vieron en los saques de esquina un filón para amenazar a un Yoel algo dubitativo en las salidas. Emergió la figura de Ebert, con un guante en su pierna derecha en todos los saques de esquina que botó. En uno de ellos llegó el gol de Javi Guerra pero Teixeira, a instancias de su asistente, estuvo acertado en anularlo al haber falta a Charles de Peña, que se lo lleva por delante. El hispanobrasileño fue la vía de escape que encontró el Celta para poner en aprietos a Mariño. El exjugador del Almería dio una lección y de sus botas salieron las primeras ocasiones claras de los vigueses, primero en una asistencia a Nolito y después en un tremendo cabezazo que se encontró con la fenomenal respuesta de Mariño, que se lució ante el equipo de su ciudad.

Error decisivo


Apareció la niebla y las luces del Celta también se apagaron. El equipo vigués era incapaz en la segunda parte de llegar con sentido arriba. Todo se torció en el minuto 55 con la injusta expulsión de Charles, que no hace nada para meterse en la trayectoria del golpeo de Mariño. Además, las desgracias no vinieron solas y, con el equipo vigués en proceso de reconstrucción, Javi Guerra fusilaba a Yoel con una excelente maniobra ante la candidez de Fontás. Poco después, el delantero del Valladolid dejaba todo visto para sentencia con un gran cabezazo y completaba su noche mágica al poco del final.

Presión añadida

La derrota deja de nuevo dudas en un Celta incapaz de pegar el estirón. Pasar unas Navidades tranquilas y afrontar los encuentros ante Real Madrid y Valencia sin presión extra dependerá del choque del domingo ante Osasuna, en el que se antoja fundamental sacar los tres puntos para que los fantasmas no empiecen a aparecer. Lo tendrá que hacer el cuadro vigués además sin Hugo Mallo y Charles, que serán probablemente sancionados.

Pablo Galán / Faro de Vigo

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