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Foto: EFE |
Era una de las polémicas en los minutos previos al pitido inicial. Orellana era titular. Muchos incluso preferían su descarte al de David Rodríguez. El debate estaba servido en la grada. También en las redes sociales. De descarte, de sonar pasa salir en el mercado de invierno a ser uno de los elegidos para enderezar el rumbo.
La apuesta de Luis Enrique era arriesgada. La segunda etapa de Orellana dista mucho de la primera. No fue clave en la salvación y, de momento, apenas ha contado con la confianza del asturiano. Sin embargo, el chileno volvió a brillar con la Celeste. Se le vio con confianza. Descarado en el uno contra uno. En una de sus jugadas habituales, "El Poeta" tiró una de diagonal que acabó con un disparo cruzado que ponía fin a una sequía goleadora que duraba 536 minutos. Desde aquella diana de Rafinha el Celta acumulaba decepción tras decepción.
El Celta rememoraba tiempos recientes. Orellana igualaba el encuentro. Su resurrección coincidía con la del equipo, que crecía a medida que pasaba el reloj. El cuadro celeste creaba ocasiones. Las finalizaba, pero faltaba puntería. A Balaídos le gustaba lo que veía. El triunfo al final no fue esquivo. Los tres puntos se confirmaron en el segundo período gracias a los tantos de Oubiña (otro goleador inesperado) y Charles, que veía puerta precisamente ante su exequipo.
La noticia principal hoy es la primera victoria como local del Celta. También que los vigueses ganan algo de tranquilidad en el primer tramo decisivo del calendario. Pero nadie puede pegar el atisbo de reacción de Orellana. Balaídos volvió a corear su nombre. La grada degustó de nuevo de su talento con esas "gambetas" que estuvieron a punto de redondear la primera goleada del curso. Ahora queda demostrar que lo acontecido hoy en el coliseo vigués no ha sido un espejismo.
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