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SALVADOR SAS |
El Celta ha encontrado el rumbo. Tras un inicio dubitativo,
donde ni los resultados ni el juego sonreían, la brújula empieza a marcar el
norte. Ayer, ante un señor equipo con aspiraciones europeas como el Athletic
Club de Bilbao, los de Luis Enrique dominaron la escena y arañaron una ventaja
muy potable para la reválida en tierras vascas. Todo en un partido notable, más
igualado en su acto inicial, pero de absoluto color celeste en su desenlace.
Sin Oubiña, Yoel, Fontás o Charles, la mezcla entre principales y secundarios
cocinó un plato rico en fútbol que encontró el premio en las botas de un joven
delantero que alcanzaba la mayoría de edad. Santi Mina, en su 18 cumpleaños,
culminó una noche feliz que sirvió para consagrar a algunos, reforzar a muchos y
recuperar a uno que nunca debió haberse marchado, un Mario Bermejo cuya sola
presencia en el campo ya es motivo de júbilo en las pobladas gradas del viejo
Balaídos.
Arrancó el choque
con mucho colorido en el ambiente, pero sin excesivo brillo sobre el césped. Luis Enrique
apostó por Krohn-Dehli en el pivote, arriesgando su falta de intensidad y
escaso sentido táctico en favor de su clarividencia para sacar la pelota
jugada. El duelo se convirtió en un correcalles, con un Celta inquietante, pero
un Athletic mucho más punzante. Si bien los Rafinha, Orellana y Mina llevaban
peligro, los Muniain, Herrera y compañía transmitían más miedo. Fueron los
mejores minutos de los de Valverde, cómodos al superar el centro del campo
celeste. Sergio, trabajando en silencio hasta ayer, demostró ser un recambio de
garantías. Dos manos suyas sostuvieron a un buen Celta.
La dinámica se
invirtió tras la reanudación. Los locales aceleraron y los bilbaínos se
quedaron atrás. La escena pasó a ser celeste. Krohn-Dehli descubrió la
comodidad con la rebaja de trabajo. Rafinha, disfrutó con espacios. Igual que
Orellana, de nuevo dinámico y desequilibrante. Nolito, sin embargo, no encontró
el regate. Atrás, cero problemas, con un Jony imperial y un Hugo Mallo
recuperando su mejor nivel. El premio llegó tras insistir primero, definiendo a
la perfección lo que es Santi Mina. El joven canterano derrocha fuerza, presume
de un buen juego de espaldas y es veloz al espacio. No obstante, si por algo va
a hacer carrera en este deporte es por su instinto. Perdonó a Herrerín en su
primer encuentro. En el segundo, aventuró el fallo del central y disputó el
balón dividido al guardameta vasco. La lucha sonrió al chaval. Gol para
celebrar la mayoría de edad y acercar la eliminatoria a Vigo.
Ahora toca visitar
San Mamés. La renta, aunque positiva, no eximirá de sufrimiento en la guarida
del león. A Valverde le interesa el torneo y pondrá todo sobre la mesa para
voltear la eliminatoria. Para Luis Enrique, la prioridad es otra: la Liga como
jornal y la Copa como extraordinaria. Valladolid espera antes, Osasuna aguarda
después. El examen está aprobado, la intención ahora es ir a por nota. El
equipo, por fin, parece haber clarificado su rumbo. Sabe a lo que juega y
empieza a tener claro quién lo tiene que jugar. El último mes ha servido para
asentar conceptos y recuperar a hombres otrora desaparecidos. Balaídos también
ha roto su maleficio. El camino es el correcto. Que nadie se desvíe.
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