El club se posiciona para moverse en el mercado de invierno


Foto: Jesús de Arcos
El último empate cedido en Balaídos ante Osasuna ha reafirmado al Celta en la necesidad de reforzarse en el mercado de invierno para incrementar las posibilidades de conseguir la permanencia en una campaña que se adivina sumamente igualada en la batalla por eludir el descenso de categoría. El difícil calendario, con el inminente desplazamiento al Santiago Bernabéu y la visita del Valencia a Balaídos para cerrar la primera vuelta del campeonato, complica, si cabe, algo más la situación.

Las necesidades de mejora atañen a todas las líneas del equipo -salvo la portería-, según ha anticipado en más de alguna ocasión el propio Luis Enrique. "Estamos abiertos a mejorar cualquier posición siempre que nos permita mejorar y sea una operación factible desde el punto de vista económico", ha señalado el técnico cada vez que se le ha cuestionado sobre este asunto.

El presidente Carlos Mouriño se ha mostrado algo más preciso que el técnico. En un reciente desayuno con los medios de comunicación el dirigente celeste explicó que las decisión de acudir o no al mercado de invierno se tomaría a la vuelta de las vacaciones de Navidad, en función del rendimiento y los resultados del equipo. Y, tras la pobre imagen ofrecida en el último compromiso del año ante Osasuna, la necesidad de fichar parece más que evidente.

Las posiciones que se considera más necesario fortalecer son las de delantero y defensa central. La posibilidad de contratar a un atacante -en Plaza de España se habla de un nueve de garantías que compita con Charles- era hasta hace poco tiempo la prioridad del club, que quería dar una oportunidad a Samuel Llorca antes de decidirse a traer a un nuevo zaguero. Luis Enrique considera que el alicantino reúne cualidades (agresividad, contundencia y dominio del juego aéreo) que no tiene ninguno de los actuales defensas centrales del plantel, pero Samuel se encuentra en la recta final de recuperación de una grave lesión de rodilla -en realidad lleva más de un año inactivo por dos graves lesiones consecutivas en ambas rodillas- y el técnico quiere ver cómo se desenvuelve antes de dar el visto bueno al fichaje de otro central.

La llegada de fichajes supondrá necesariamente la salida de futbolistas y hay tres hombres claramente situados en la casilla de salida: David Rodríguez, Carlos Bellvís y Jonathan Vila. El delantero y el lateral tuvieron cierta presencia en los primeros partidos pero han ido desapareciendo del mapa y han sido descartados por el técnico incluso para la Copa. Vila ha jugado algo más últimamente, aunque sigue siendo el quinto defensa central en el orden de preferencias del entrenador. Queda por ver también qué sucede con Fabián Orellana, a quien el Colo-Colo chileno pretende incorporar en calidad de cedido por temporada y media. Luis Enrique afirma que no sabe nada del asunto.

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