Vuelven las "Bermejinhas" salvadoras


Foto: Óscar Vázquez
La semana que hoy termina no ha sido precisamente una de las más plácidas en Vigo. Aún escuece la derrota ante el Rayo Vallecano que vuelve a llenar Balaídos de fantasmas que parecían olvidados tras los últimos resultados cosechados a domicilio, con el paréntesis comprensible de la derrota ante el Barcelona en el viejo campo de Fragoso. En medio de la frustración de los aficionados, una buena noticia ha inundado al celtismo esta semana: El regreso de Mario Bermejo a los campos de fútbol. 

El veterano futbolista cántabro se lesionó el pasado mes de mayo durante la disputa de un partido ante el Atlético de Madrid en Balaídos. Desde entonces, para él han sido seis largos meses de trabajo en la sombra, de disciplinada recuperación con un objetivo claro, el de volver a los terrenos de juego en el mes de noviembre. Dicho y hecho. Pocos retos se le resisten a Mario, cuyo duro trabajo ha tenido su recompensa. 

Luis Enrique contará con un efectivo más en ataque, que no le vendrá mal habida cuenta de los problemas que está teniendo el Celta en ataque. Recordemos que, especialmente en Balaídos, la sequía goleadora se está convirtiendo en un problema. La pasada temporada jugó 33 partidos, pero solo 16 de ellos fueron como titular, y de ellos solo completó cinco partidos. Anotó cinco goles, pero casi todos fueron importantes, y los más relevantes llevaron una impronta inolvidable, una característica que se hizo reconocible: La Bermejinha. 

Una suerte esta que dificilmente se puede ensayar, pero que salvó al Celta de un mal mayor. Especialmente relevante fue su "Bermejinha" ante el Zaragoza, ya en tiempo de descuento, que finalmente terminaría siendo vital. Aquel gol daría al Celta ventaja sobre los maños y, a la postre, permitiría llegar a la última jornada con la ventaja de depender de sí mismo con respecto al cuadro de Manolo Jiménez. Además fue un impulso anímico para una afición que volvió a creer en sí mismo. Pero antes de aquella habían llegado otras ante Granada o Deportivo, rivales también en la lucha por la permanencia. 

La Bermejinha consiste en rematar el balón mordido, generalmente con el pie de apoyo y no intencionadamente, confundiendo al portero y consiguiendo el objetivo final: El gol. Bermejo no se lo propuso, pero le salió tres veces. Para que salga, hay que estar ahí, donde se marcan los goles, y eso un profesional como Bermejo lo tiene muy claro. Saber estar, tanto dentro como fuera del terreno de juego. Hace poco dijo que quería jugar hasta los cuarenta años. Hagamos hueco en nuestras retinas para más Bermejinhas salvadoras, que esto no ha acabado. ¡Bienvenido Mario! 

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