La belleza del silencio


Foto: Ricardo Grobas
Es que tiene narices la cosa. Las tiene. Le sobran. Tiene bemoles o memoles , por no mencionar retículos procreativos, gónadas, escroto o incluso la propia pituitaria. Que hay mucho letrado sin titulo por aquí que se puede sentir ofendido.

Lo de la nota el otro día "hábilmente filtrada" a Marca ( hoja parroquial de la capilla del Real Madrid, cuando no papel higiénico) de la posible ruptura de relaciones con el Celta por parte del Deportivo, ya pasa de cachondeo. Lo del señor Lendoiro es de traca . De auténtica traca. Pero vamos a ver , "homiño" ¿ahora qué problema quieres ocultar? ¿tienes que ocultar que lo del descenso todavía sigue en el aire como en Enero no satisfagas pagos pendientes? ¿Tienes que ocultar que tu administrador concursal hace encaje de bolillos - de los de Camariñas - para poder seguir con un mínimo de normalidad el día a día del club?

Miren, al personaje ni agua.  Si quiere romper relaciones, que lo haga. Personalmente a mi no me importa. Pero de tontos, nadita. Que aquí ya saben por donde viene soltando la baba el caracol y por qué:  desviar miradas y apagar los posibles ecos del plan de pagos; que es imposible para cualquier empresa de cualquier ámbito productivo, excepto en lo deportivo. Cuénteselo, por ejemplo, a los de Fagor, que las están pasando meretricísimas.  Porque vaya rostro, amigo : diecisiete años para pagar la deuda ( y eso que tu decías que tenías poca, ¿Eh? ) dos de carencia sin intereses - una ONG, vamos - y otros diecisiete para pagar la "deuda blanda " vamos , un regalito.  Mente pensante, gestor ejemplar.  Pero antes, soltamos la pantalla de siempre... "es que el Celta, los del Celta... "  Maldito complejo de inferioridad.

Si, somos malos, Sr. Lendoiro. Invocamos a Satán en nuestra intimidad. Nuestros hijos los bautizamos con sangre de carnero y les tatuamos el pentagrama invertido en el ojete. Llevamos cabezas de cabra al estadio, nos comemos los corazones de los corderos lechales en pascua y, de paso, somos los culpables de que una de sus promesas de la cantera haya decidido irse al eterno rival. Porque claro, no teníamos otra cosa mejor que hacer y  todo esto es porque somos malísimos ( mereceríamos la muerte por lo menos ) y no porque este equipo es un equipo que es puntual en los pagos, o tiene un afianzado proyecto de cantera ni siquiera porque  tiene la intención de hacer una ciudad  deportiva de nivel europeo. Igualito que usted.

Perdóneme Sr Lendoiro. Si. Perdóneme. Perdóneme que me descojone. Que me ria en su cara. Que me parta el grelo y me parezca un choteo todo lo que usted rebuznó en la nota el otro día. Discúlpeme las formas, pero ya con la que está cayendo no me corto más. Porque hay quien confunde la educación con la paciencia. Y de lo uno me sobra y de lo otro, con usted ya voy exhausto.  Usted, que como político fue uno de tantos dilapidadores de fondos europeos en ejercicios narcisistas y cómplice de la ruina de este país y  de este estado. Usted, que se alzó en salvador, en gestor inmaculado, en persona de "reconocida valía" (vaya comillas generosas). Usted aquí no viene a dar lecciones de buen hacer ni de humildad. Ni le permito el papel de víctima.  Usted, que fue el perpetrador del mayor ejercicio de prepotencia futbolística de todo el estado no está capacitado, ni habilitado para dar lecciones de nada. Usted, que tantas veces ejerció de nuevo rico, de mal pagador, de pufero altanero  denunciado incluso por equipos ante la fifa mientras en círculos pequeños se reía a carcajada batiente; Usted que la palabra cantera siempre la ha esquivado;  Usted que es el último de los politicuchos fantoches salvapatrias metidos a presidente populista. Usted, como mucho, como muchísimo, viene aquí a aprender (si es que es capaz, cosa que dudo) y no a dar lecciones. Viene a aprender mientras su calaña le inhabilite para dar lecciones de moral. Mientras tanto, lo mejor que podría es regalarnos la belleza del silencio. Esa que de vez en tanto, cuando el culo se le hace pepsicola por el tamaño de sus errores, rompe con sus paridas y rebuznos.

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