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| Foto: Denis Doyle |
La dura y contundente derrota ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu ha vuelto a poner en evidencia las ideas que tiene Unai Emery para su Sevilla. Recibir siete goles siempre es doloroso. Pero si además se tiene la sensación de que el equipo tenía capacidad de hacer daño (así lo demostró), duele más saber que no se pusieron soluciones a lo que era evidente que era el arma más mortífera del Real Madrid.
Lejos de los piropos que se suelen hacer al que divierte (todos los aficionados, menos los sevillistas, se lo pasaron en grande) aplaudirán la mal llamada valentía o desparpajo del equipo. Los que siguen a los nervionenses durante toda la temporada pueden pensar bien distinto. Y lo cierto es que la idea que tiene Unai para su equipo no se corresponde con los mimbres que tiene ni con la realidad de su plantilla. Un equipo tan débil atrás, si le plantea al Madrid y en su campo un intercambio de golpes, sale noqueado. El Sevilla divirtió un poco pero el mazazo es contundente.
Porque el técnico, empeñado en ir en dirección contraria a la opinión generalizada, sigue planteando un equipo partido en dos. El ya famoso desequilibrio que Emery provoca en su equipo. Y es opinión generalizada porque tanto pública como privadamente, directivos, técnicos, jugadores y aficionados han expresado su opinión sobre el sistema del vasco.
Cristóforo e Iborra, sin sitio
Gente como Cristóforo (el futbolista junto a Carriço más dedicado a labores de destrucción) e Iborra (por el que el Sevilla, por la petición de su técnico, pagó seis millones de euros quedándole un año de contrato) gozan de poco protagonismo en este equipo. Son ya varios los jugadores que se quejan de una situación que ha llevado al Sevilla a ser el segundo equipo más goleado. El último, Rakitic. Y eso son palabras mayores. Todos creen en que ningún equipo puede hacerse fuerte si es tan vulnerable atrás.
Aunque la idea inicial de Emery pudiera tener su sentido, una vez conocido a sus jugadores ya debería haber rectificado. Muchas son las voces que lo piden. Para jugar así el Sevilla debería tener una defensa segura y una delantera letal. Es obvio que carece de ambas. Además, nadie discute que la temporada de Rakitic es excelsa pero cabe preguntarse si se prefiere a un croata estelar con un Sevilla más cerca del descenso que de Europa o priorizar el equilibrio general con Rakitic más flanqueado.
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