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Foto: Marta G. Brea |
Corría el minuto doce el sábado en el Sánchez Pizjuán cuando Cabral caía al suelo con evidentes signos de dolor. Todo apuntaba a una grave lesión en la rodilla izquierda que, afortunadamente, no fue tal, pudiendo completar todo el partido. Pese a la aparente normalidad, el argentino reconoció ayer que jugó con molestias, provocándole dolor en algunos giros y movimientos. Pese a sufrir un leve esguince, el zaguero confía en estar recuperado para medirse al Rayo.
Los corazones de jugadores, cuerpo técnico y aficionados célticos, que el pasado sábado veían el Sevilla-Celta en el Ramón Sánchez Pizjuán, se pararon durante unos segundos en la primera parte al ver cómo Gustavo Cabral caía al suelo tras un choque con Carlos Bacca. Todo apuntaba a que el central argentino se había lesionado de gravedad su rodilla izquierda, temor que por fortuna desapareció poco después cuando el zaguero se reincorporó con normalidad, cuajando una extraordinaria actuación ante los hispalenses.
Eso no impidió que el propio Cabral temiese por su rodilla. Lo confirmó el propio jugador en la sala de prensa de A Madroa, explicando además que jugó con molestias el resto del encuentro tras la acción con Bacca, muestra del compromiso del argentino, al que le fue diagnosticado tras el choque un esguince leve en la zona de la cabeza del peroné.
"Pasé miedo porque sentí que la pierna hizo un movimiento extraño y me empezó a doler bastante, me asusté porque nunca había tenido esa lesión, sentía un poco inestable la rodilla, dolor en algunos movimientos y molestias en ciertos giros pero me dejó terminar el partido, quería acabarlo", destaca.
El central argentino tenía ganas de fútbol. Tras dos meses a la sombra de David Costas recuperaba la titularidad en Málaga y en Sevilla disputaba su tercer partido consecutivo. Se volvía a sentir importante y eso hacía que las ganas por seguir sobre el terreno de juego fueran todavía más grandes. Con ese mismo pensamiento se plantea esta semana. Tras no ejercitarse ayer junto al resto de sus compañeros, Cabral pasará hoy por las manos del doctor Juan José García Cota para probarse de cara a la cita del Rayo Vallecano. El sudamericano es optimista aunque también prudente sobre sus opciones de vestirse de corto ante los madrileños.
"Después de una victoria uno nunca quiere salir, quiere seguir sumando minutos pero si no estoy al 100% no sería bueno para el equipo, habría que dejarle el sitio a un compañero. Por lo que siento creo que puedo llegar pero es mi pensamiento, mañana [por hoy] veremos", afirma.
El zaguero, que ha disputado seis partidos esta temporada, está contento con su aportación al equipo. Considera que ha aportado su granito de arena para mejorar el estado colectivo.
"Me he adaptado a la situación como siempre hago, apoyando desde donde toque, estoy contento por haber tenido la portería a cero en dos partidos pero siempre hay detalles que corregir. He aportado, como siempre, sacrificio, agresividad, me he sentido bien y el equipo ha respondido", comenta Cabral, que destaca la buena compenetración con Andreu Fontás, su pareja de baile en la defensa en cinco de los seis partidos que ha jugado: "Lo estamos llevando bien, es un jugador que sale muy bien con la pelota dominada y yo tengo otro estilo, más aguerrido, de ir al choque, somos distintos".
Pablo Galán / Faro de Vigo
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