Un duelo de reencuentros


Foto: Óscar Vázquez
El partido entre el Celta y el Barça es un encuentro marcado en el calendario. Jugar en Primera depara ese duelo ante una de las potencias del fútbol mundial. Es una oportunidad única para ese cara a cara, para reeditar la fábula en la que David vence a Goliat.

En esta edición de la batalla entre celestes se sucedían los reencuentros. Luis Enrique ya afirmaba en la rueda de prensa previa al choque que para él se trataba de un partido especial. El técnico asturiano se enfrentaba por primera vez al conjunto del que fue capitán e ídolo. Sin embargo no era el único que tendría sentimientos encontramos.

El celtismo lanzaba un guiño al banquillo azulgrana. José Manuel Pinto, capitán celeste en los últimos años de la era dorada, recibía el cariño de la afición celeste desde la llegada de la expedición azulgrana a la ciudad olívica. De hecho, el portero andaluz fue uno de los pocos jugadores del FC Barcelona que se pararon en Peinador a firmar autógrafos.

En el lado del equipo vigués la cita ante el Barça significa el reencuentro con viejos amigos. Andreu Fontás y Nolito se veían las caras con sus compañeros de vestuario hace unas temporadas. El caso de Rafinha Alcántara incluso es más curioso. El brasileño, jugador en propiedad del club azulgrana, se enfrentaba al equipo en el que está llamado a ser uno de sus jugadores franquicia en un medio plazo.

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