 |
| JESÚS DE ARCOS |
El Celta está en la enfermería. Ha bastado una semana negra,
tres malos resultados, para que los preocupantes síntomas que la temporada
pasada casi terminan con la vida del paciente florezcan en los albores del
nuevo curso. Para los más hipocondríacos parece no haber tratamiento posible.
Algunos incluso han perdido la confianza en las cualidades del galeno encargado
en obrar la recuperación. Otros, los menos tremendistas, viven en la duda pero
confían en que Luis Enrique consiga encontrar la medicación sanadora más pronto
que tarde.
El problema es que
el antídoto más cercano, el más inmediato para erradicar el problema, está por
las nubes. El Calderón, otrora territorio conquistable, es hoy una botica
inexpugnable, de donde rascar algo resulta poco menos que imposible. Los
colchoneros, dirigidos por el incombustible Simeone, son hoy un equipo cercano
a la perfección capaz de poner en duda el binomio Real Madrid-Barcelona. Más
aún a orillas del Manzanares, donde su fuerza aumenta. Arañar algún punto del
feudo rojiblanco es más heroico que probable. El precio, caro, pero los poderes
curativos del medicamento, incalculables.
Cuando algo no
funciona, la solución puede que no pase por cambiarlo, sino por mejorarlo.
Sobre esa premisa cabalga Luis Enrique y en esa idea ha focalizado el Celta
todo su trabajo durante la semana. Mejora en la salida de balón, práctica de
las jugadas de estrategia… El camino está marcado, simplemente hay que
mantenerse en el sendero.
Por ello, no se
esperan muchos cambios en el once. Yoel formará en portería escoltado por una línea de
cuatro compuesta por Hugo Mallo, David Costas, Fontás y Toni, siendo Aurtenetxe
de nuevo el gran perjudicado. Oubiña, Rafinha y Álex López actuarán en el
centro del campo, aunque tampoco se puede descartar la entrada de Krohn-Dehli
tras sus buenos minutos ante el Elche. Arriba, acompañado desde los costados
por Augusto Fernández y Nolito, Charles repetirá como referencia ofensiva en la
procura de un gol que se le resiste a él y al equipo desde hace ya tres
jornadas.
En el bando
colchonero, las dudas que desprende el Celta de Luis Enrique se sustituyen en
elogios al “Cholo” y a su trabajo. El técnico argentino ha dado con la tecla y
ha esculpido un equipo a su imagen y semejanza, consecuente con la historia e
identidad rojiblanca y capaz de competir con cualquiera. Ha hecho pleno, 7 de 7
en Liga y 2 de 2 en Champions. Sus dos últimos triunfos, en el derbi del
Bernabeu y en la remontada en O Dragao al Porto, no hacen sino reforzar le fe
infinita en una forma de entender el fútbol que han devuelto al Atlético el
estatus del que gozó en el pasado.
Raúl García,
lesionado en la visita a Portugal, será la única baja de los locales para el
partido. La proximidad del parón invita a pensar que Simeone apostará por su
equipo de gala para cerrar un inicio de campaña perfecto. El acompañante de
Gabi en el centro del campo, Tiago o un Mario Suárez apurando su proceso de
recuperación, es la única duda. Por detrás y por delante, todo está claro.
Courtois defenderá el marco arropado por Juanfran, Godín, Miranda y Filipe
Luis. Tras el doble pivote, Arda Turan y Koke completarán un centro del campo
muy trabajador, pero no exento de calidad. Arriba, Villa y un descansado y
enchufado Diego Costa serán el principal peligro del colíder de la competición.
Undiano Mallenco, del colegio navarro, impartirá justicia en un duelo de signo claro en la quiniela, pero al que la magia del fútbol puede convertir en impredicible. A esa magia, a esa capacidad de sorpresa que esconde el deporte rey, se agarra un Celta necesitado de lavar su imagen. El objetivo número uno es recuperar de nuevo esa sensación de equipo agresivo y peligroso de las primeras jornadas que desapareció tras el estreno de la nueva Catedral. Es premisa innegociable para soñar con pescar algo en un mar feroz como pocos hay ahora mismo en Europa. Un buen partido y un mejor resultado en el Vicente Calderón serviría para recuperar la sonrisa y elevar unos niveles de confianza que han tocado suelo durante la semana. El antídoto a la depresión de los últimos días es caro, pero no imposible de conseguir. Cosas más raras se han visto.
Sígueme en Twitter: @alvaro6892
.jpg)
0 comments:
Publicar un comentario